Pecco Bagnaia da en la tecla

El resurgir de Pecco Bagnaia está llamado a cambiarlo todo en MotoGP, pues hasta ahora el bicampeón del mundo lo había pasado mal, muy mal, sin embargo, poco a poco parece que va encontrando su tono y sobre todo, comienza a entender la Ducati. Eso sí, ha tenido que volver a la del año pasado, la GP24, desechando los ajustes que tenía la GP25, que al final no deja de ser una versión ligeramente modificada de la misma máquina. Y este cambio parece que en el caso del italiano ha sido para mejor, pues en Austin ha sido capaz de darle la vuelta a su situación y volver a ganar.

Es cierto que la caída de Marc Márquez le regaló una oportunidad con la que no contaba, puesto que el de Cervera llevaba mucha ventaja, pero no la aguantó y le abrió las puertas al 63, que estaba rodando tranquilo en la segunda plaza y pescó en río revuelto, demostrando que la suerte hay que buscarla a veces. "Estaba tratando, simplemente, de ir a la par de su ritmo y cuando vi que se cayó, intenté seguir empujando para abrir distancia con Álex, porque en ese momento él estaba muy cerca y no era fácil".

Y supo aguantar al del Gresini, que eso sí, es el nuevo líder del Mundial, una clasificación en la que él se ha puesto tercero, a 12 puntos de Álex y 11 de Marc. "Respecto a la victoria reconoce que sufrió, pero pudo aguantar para volver coronarse. "Álex se acercaba mucho en el segundo sector, pero el tercero se me daba mejor a mí; no ha sido fácil, por lo que ha ocurrido durante el test y las dos primeras carreras, en las que tenía que recuperar las sensaciones en la frenada".

Ya está aquí el mejor Pecco

Si algo tiene esta victoria de importante es el componente mental, pues hasta ahora habíamos visto un Pecco cabizbajo y dubitativo, todo lo contrario que ayer cuando se bajó de la moto, e incluso encima de ella. "Esta carrera me ha ayudado mucho a mejorar y a recuperar aquello que estaba buscando, estoy muy contento con cómo hemos trabajado con mi equipo, porque ellos son los que me aguantan con mi nerviosismo". De hecho, reconoció que casi se queda sin voz por ir pegando gritos dentro del casco en toda la última vuelta, cuando ya se vio con el trabajo hecho. Y es que esta victoria es el preámbulo de lo que viene a partir de Catar, con trazados que le son mucho más favorables.