Marc Márquez es el nombre propio del Gran Premio de Las Américas. El piloto de Cervera ha sido el dominador en el circuito de Austin en los últimos años, allí ganó su primer gran premio en MotoGP y allí va a cumplir las 250 carreras en la categoría reina del mootociclismo.
Allí se estrenará con una nueva moto, con una Ducati que, tradicionalmente, ha ido a remolque de las Honda en este circuito, pese a que ha dominado MotoGP las últimas temporadas. Por eso, Márquez no quiere que se le señale y no se ve como favorito al triunfo.
"No estoy preparado para luchar con esos tres o cuatro pilotos que van más rápido. Si hoy me dicen que firme el podio, lo firmo. Quiero ganar, pero antes que ganar hay que llegar al podio. No quiero llegar con muchas expectativas, para que no me ocurra como el año pasado en Sachsenring y donde salí con muchas caídas y lesionado", avisa el piloto español, quien sí espera dar un paso más en su adaptación a la Ducati en un circuito que le encanta.
"La principal diferencia de este circuito es que prácticamente es todo a izquierdas. Además, uno de mis mejores recuerdos es mi primera victoria en MotoGP aquí, en 2013", recuerda Mar Márquez, que desvela por qué las Honda, ahora a la cola del Mundial, se les daba tan bien el circuito de Las Américas. "La Honda era muy competitiva en este tipo de circuitos, de parar y acelerar, lo vimos el año pasado aquí con Alex Rins -que logró la última victoria de Honda-, o con Joan Mir y yo mismo en India. Pero ahora, estoy conociendo esta nueva moto y lo primero que tengo que hacer es disfrutar. Y eso, en este circuito, creo que será posible. Lo más importante es fluir", añade el español.
"Me lo estoy tomando con calma", añade Marc, quien reconoce que le molestó no sumar después de su buen fin de semana en Portugal. "También me dio más rabia el cero de Portimao no buscado. Veremos aquí, porque este es uno de los circuitos favorables a mi estilo de pilotaje. Hay varios pilotos que aún están por delante en cuestiones de velocidad y espero poder acercarme a ellos aquí", afirma.
Marc Márquez también se acordó de incidente con Bagnaia en Portimao y, en este sentido, aparte de zanjarlo, se mostró compresivo y espera que otros lo sean con él cuando falle. "Son lances de carrera. Faltaban tres vueltas, uno defiende la posición el otro quiere adelantar y ya fuimos claros los dos en Portimao. He vivido situaciones de ese estilo y cuando entraba en Dirección de Carrera les dije que ellos marcarían el límite, yo creo que es una acción de carrera como lo fue en Valencia con Martín, donde se estaba jugando el título y lo entendí. Esas cosas pasan, han pasado y pasarán, pero fastidian porque los dos salimos con cero puntos", admite.
"A veces recibes, a veces das... y en ninguna ocasión ningún piloto lo hace voluntariamente pero son cosas que pasan en las carreras. Pasó el año pasado en Portimao, donde di yo y se quejaron, y aquí dieron ellos. Mientras estés en activo vale más estar callado", advierte el piloto catalán, quien reconoce que todo habría sido distinto si la culpa fuera suya: "Menos mal que no fui yo el de dentro en Portimao, porque si no se arma la marimorena".