Es un secreto a voces en el paddock de MotoGP. Ducati no se esconde y Marc Márquez, aunque juega a las evasivas ante la prensa -“Durante este fin de semana no voy a decir nada acerca de dónde correré el año que viene”, dijo este pasado fin de semana en Japón-, la noticia ha corrido como la pólvora entre los pilotos y, salvo sorpresa mayúscula, el de Cervera correrá el próximo curso con una Ducato no oficial, la del team Gresini.
Unos de los grandes alicientes del fin de semana en Japón era la esperadísimas reunión entre las altas esferas de Honda y Marc Márquez en Motegi, con la clara intención de la escudería del ala dorada de convencer al ocho veces campeón. ¿Lo consiguió? Nada se sabe a ciencia cierta, aunque el discurrir del fin de semana invita a poco optimismo al respecto, estando echada la alfombra roja en el camino de Márquez hacia Ducati.
Para tratar de convencerlo, Honda ya ha cambiado al ‘Project Leader’, al tiempo que también han hecho lo propio con varios ingenieros y están dando la vuelta al proyecto en un último intento de amarrar a un Marc Márquez que el curso que viene, sin embargo, se ve montando una máquina boloñesa, junto a su hermano.
Y no es Marc Márquez el único que lo ve en Gresini, sino también el resto de sus compañeros. Como ejemplo, el sinfín de bromas que recibió en Motegi por parte del resto de pilotos. Jack Miller, que llevaba la cámara del directo de Instagram, le preguntó en directo que dónde iba a correr el curso que viene, a lo que Márquez respondió: “¡A tu sitio!”, apuntando a la KTM que lleva el australiano. Una respuesta que se tomó en broma: “Quédatela, así yo me voy a mi casa”.
Pero no fue la única broma que recibió Márquez, que ya en el podio tuvo que escuchar un “Bye, bye Honda…” de Pecco Bagnaia, al responder el catalán que “el podio no marca la diferencia” y que “no influye en nada” en su decisión, al ser cuestionado sobre su futuro: “Mi mentalidad es centrarnos en lo que es inteligente, y que todo suceda de la forma adecuada".
Y si todos lo dan por hecho, también el gurú de Ducati, Gigi Dall’Igna. Una figura que ha ya asumido que el ocho veces campeón pilotará el curso que viene una Desmosedici. Algo que, en parte, le preocupa, pues podría romper el equilibrio del ecosistema de Borgo Panigale.
"Ha sido uno de los pilotos más fuertes de la historia, así que el hecho de que quiera subirse a una Ducati sólo puede ser un gusto”, dice Dall’Igna, quien, sin embargo, avisa: "Márquez es, por muchas razones, un piloto difícil de manejar. Existe la preocupación de que pueda romper de alguna manera el equilibrio que existe dentro de todos los equipos Ducati. Pero eso acabará formando parte del juego y dependerá de nosotros saber gestionar bien la situación”.