La expectación que despertó Marc Márquez tras el test de Valencia se vino algo abajo tras los dos primeros días en Sepang, en los que el piloto de Cervera no estuvo entre los diez pilotos que rodaron más rápido en MotoGP. Y eso pese a que el propio Marc lo venía avisando, que tenía mucho que aprender y que tenía curiosidad a ver cómo se desenvolvía en ese circuito asiático, donde no suele ir tan bien como en el de Cheste.
"Si me hubiera creído las expectativas, habría entrado en pánico tras los dos primeros días", reconoció el propio Marc Márquez al finalizar el test. Ese segundo día avisó que lo que más le estaba costando era hacer un buen tiempo a una vuelta y que eso era algo que su hermano Alex tardó media temporada en poder controlar. Sin embargo, al día siguiente y, pese a que dijo sentirse aún rígido sobre la moto, ya hizo el sexto mejor tiempo, a medio segundo de Bargnaia, pero con lo que habría sido el récord de la pista apenas 24 horas antes.
Ya lo dijo Alex Márquez a la conclusión de los test. "Perdió un día entero -el primero de los test, por problemas mecánicos-, así que para ser su segundo día ya está demasiado cerca...", admitía el menor de los Márquez.
Y bien que lo estaba, porque si bien a una vuelta aún le cuesta y tampoco es lo que mejor se le da, en el simulacro de sprint sí estuvo en los mismos tiempos de ese trío que ahora mismo está un paso teórico por delante y que forman las dos Ducati oficiales, Bagnaia y Bastianini, y el subcampeón del mundo de MotoGP, Jorge Martín.
“Marc Márquez ha crecido mucho en estos tres días. Antes, era lo suficientemente rápido, hoy ha demostrado ser competitivo. Tiene ocho títulos detrás y sabe cómo adaptarse”, señalaba el vigente campeón del mundo, Pecco Bagnaia, a la conclusión de esos tres días.
Por si le faltaba poco respaldo, su hermano, Alex Márquez, que sí controla la Ducati de Gresini Racing mejor que él, demostraba que pese a la evolución que tiene la moto de este año y de la que sólo disfrutarán en el equipo oficial y en Pramac, la moto campeona del año pasado puede estar a la altura de lo que se espera para luchar con ellas.
"Veremos si soy capaz de llegar o no al nivel de ellos. De momento no estoy a la altura de los de delante", decía Marc Márquez. A una vuelta le falta y, como él dice, tiene aún que adaptarse y cambiar cosas en su forma de pilotar la Ducati, algo en lo que espera avanzar en Qatar, para llegar al límite de lo que él y la moto pueden dar. Sin embargo, en carrera ya está ahí y sus rivales se lo reconocen. Hablar de miedo puede resultar exagerado, pero sí hay un respeto hacia un campeón que ya está de vuelta.