Marc Márquez era noticia el martes, en la despedida de los test de MotoGP de Qatar, por dos cosas. Por un lado, por el cuarto puesto en el que acabó al final de los test, superando con su moto satélite a la Ducati evolucionada de Jorge Martín; y, por el otro, por la caída, la primera con Ducati, que preocupó al tocar el brazo operado, pero que se saldó sin consecuencias.
El piloto catalán salió satisfecho pese a esta caída y, de hecho, señaló que "ya tocaba", pues se debía a que había arriesgado para tratar de estar arriba. Y, gracias a ello, se había divertido pese a reconocer que aún le queda mucho para alcanzar el nivel de adaptación y pilotaje esperado. Ya tras el primer día de test en Qatar, el de Cervera señaló que había dedicado la mayor parte del trabajo a sí mismo y no a mejorar la Ducati, como podía tocar en estos casos. Su objetivo es cambiar el estilo de pilotaje, algo que, poco a poco, va logrando.
“La valoración de la pretemporada, que es un poquito lo que haces el último día, es buena, porque ha sido sólida y sin ponernos nerviosos, respetando los tiempos que tocaban para conocer la moto. Es cierto que hoy ha sido el primer día en el que he subido la intensidad encima de la moto, el primer día en el que he dicho: ‘si me caigo, me caigo’. Y de hecho ha llegado la primera caída, pero tocaba. Era el último día de la pretemporada y tocaba subir este punto", aseguró Márquez nada más bajarse de la moto en Qatar.
Luego, con más tranquilidad, analizó lo que le espera de aquí al fin de semana del 9-10 de marzo, en el que se reencontrará con el circuito qatarí para dar inicio al sueño de la reconquista. Marc Márquez sabe que lo tiene difícil, que tiene por delante a cuatro pilotos con la misma moto que él, más evolucionada y adaptados a ella, algo que, como quedó confirmado con su conversación con Bagnaia, a él le hace falta. Por eso apunta hacia ellos. "Estamos un poco lejos de estos tres o cuatro pilotos que están marcando la diferencia”, afirma un Márquez que ya avisó en su presentación que los pilotos campeón y subcampeón del mundo serían su objetivo y que ahora lo ratifica: "En el simulacro de carrera me iba retando a mí mismo, porque hay puntos en los que mejorar, sobre todo respecto a Pecco, Bastianini y Martín, que son los que tengo de referencia en la misma fábrica", amenaza.
En este sentido, por lógica, se ve por detrás de esos cuatro de Ducati y peleando tal vez con las Aprilia o con alguna KTM. Pero, como demostró ese último día, su cabeza no le da para conformarse y cuando está en pista sale con el cuchillo entre los dientes. "Veremos qué pasa en el Gran Premio", advierte, antes de añadir: "Siendo realista, de momento estamos para luchar para ser quinto o sexto. Todo es muy relativo porque luego llegas aquí al Gran Premio y te cambia la goma en pista, cambia todo, pero de momento hoy si hubiera sido una carrera, estamos cuarto, quinto, sexto, en el mejor de los escenarios Será el momento de encontrar cómo se comporta la Ducati en carrera, detrás de los demás", señala un Márquez que ya huele sangre y ha visto recortada "esa distancia que teníamos en Malasia". "Aún nos quedan dos o tres décimas", añade el catalán. Eso, a una vuelta. En carrera, posiblemente, ni eso.