"Saltas a la moto campeona, así que está en tus manos. Ha sido un día de adaptación a las posiciones. La velocidad estaba ahí, entendía cómo gestionar las cosas. Me queda mucho para aprender para ser más constante y ser más seguro...", indicaba Marc Márquez tras probar la nueva Ducati a finales de noviembre, en unas declaraciones que DAZN hizo públicas más de un mes después, ya que hasta el 31 de diciembre el piloto ilerdense aún tenía contrato con Honda y no podía hablar como piloto de Ducati.
En general, sus palabras corroboraron lo que se intuía al ver su cara y sus tiempos en esa jornada, que estaba plenamente satisfecho con su primer contacto con la Ducati, pese a ser una moto que no conocía y a la que se tenía que adaptar. Pero no todo se refirió a ese cambio y lo "bien" que le había recibido la familia Gresini, también se le preguntó cómo llevaba todo lo relacionado con la llegada a Ducati, con las palabras de la cúpula de la escudería italiana, que en aquel momento señalaban que la mayoría de ellos no le querían, con las críticas de los que en este 2024 serán sus compañeros o el hecho de tener que correr con la moto de Johann Zarco, ni siquiera con la campeona del mundo y subcampeona que habían dejado Pecco Bagnaia y Jorge Martín.
Ante todo esto, Marc Márquez lo tiene claro. Tiene que centrarse en correr y en demostrar por qué es el piloto más laureado que hay en el paddock. "En el pasado he hecho mucho, pero tengo que demostrar que también puedo hacerlo en el presente. Nadie es eterno y sería un error, en la situación en la que estoy, pensar en lo que me hizo una persona u otra. Hay que olvidar y centrarse en uno mismo”, señala Márquez en referencia a esos rivales, como Marco Bezzecchi, que siguen criticándolo y que ahora estarán en su misma escudería y conocerán todo lo que hace.
Como destacó el CEO de Pramac Ducati, Paolo Campinoti, cuando reconoció que había intentado fichar a Marc Márquez para el segundo equipo y, en cierto modo, no le dejaron, el hecho de que el piloto de Cervera haya aceptado rebajarse a correr en una moto privada y haya renunciado al mejor sueldo de MotoGP es porque quiere demostrar que aún está vigente después de cuatro años sin ganar nada. Una situación que las palabras del propio Márquez corroboran. “Ahora mismo... Ellos están jugando conmigo y yo no puedo jugar con ellos”, indica en declaraciones que publica Motosan.com. Al tiempo que manda un aviso.
"Cuando estás rápido en la pista y salen los resultados, tienes tiempo para pensar en hacer una cosa u otra, como me pasó en el pasado, cuando corría a un nivel muy alto y tenía tiempo para jugar”, avisa un Márquez que sabe que ahora tiene que 'agachar la cabeza' y centrarse en volver a ganar. Y que todo lo que ha logrado en el pasado no le sirve para nada. "Lo dije en el pasado, lo digo ahora y lo diré dentro de unos años, nadie es eterno”, indica.