"La caída fue un error mío. Quiero pensar que fue un error mío. Arriesgamos con la goma delantera y eso nos condicionó", señalaba el sábado Marc Márquez tras caerse el sábado en el Sprint cuando rodaba solo en la cuarta posición e iba a sumar unos valiosos puntos en la vuelta del Mundial de MotoGP. Tal vez eso estuvo en su mente este domingo, porque en el Gran Premio de Gran Bretaña, el piloto de Cervera dio la sensación de que no quería arriesgar e hizo lo justo para superar a Aleix Espargaró cuando bajó sus prestaciones y a asegurar su cuarta posición.
La imagen que ofrecía al final de la carrera era otra, era la de frustración. Y sus palabras así lo corroboran. No había sido él mismo, había estado demasiado conservador para no quedarse a cero una carrera más y eso le había impedido poder luchar por el podio con Pecco Bagnaia, que tampoco iba en Silverstone sobrado de neumáticos al final de la carrera.
"Sin la caída del sábado a lo mejor el podio habría sido posible, o puede que otra caída", reconocía un Marc Márquez que partía séptimo, pero que en la primera curva ya era quinto y estaba junto a los otros cuatro que estuvieron delante toda la prueba, por lo que esta vez no tuvo que gastar energías y neumáticos para remontar.
"Hemos dado todos los pasos con retraso, incluso en el warm up, donde normalmente no pruebas nada, hemos probado cosas bastante grandes que nos han ayudado para la carrera, pero lo más importante es que me ha sorprendido que he podido seguir a los de delante al menos durante seis vueltas, aunque luego ha empezado a bajar el neumático y he estado unas vueltas detrás de Aleix, que estaba sufriendo más de lo normal", analizaba sobre lo vivido en carrera.
"Cuando superé a Aleix, tiré dos vueltas para coger algo de margen pero me fijaba más en los que venían por detrás, que en Pecco. Pero, por mi mentalidad, no quería arriesgarme a dos errores iguales el mismo fin de semana. Preferí conservar y llegar con confianza a Austria, que arriesgarme a caerme otra vez. Hoy tocó tirar más de cabeza que de corazón", aceptaba Marc Márquez, que ha perdido este fin de semana el tercer puesto del Mundial a manos de un Bastianini que ha ganado el Sprint y la carrera y se ha mostrado intratable.
Márquez sabía que en Silverstone iba a sufrir, ya que le ha ocurrido en el pasado y esta vez no ha sido diferente. "Cuando he podido resolver el problema que tenía al entrar en las curvas, pude pilotar mejor. Aquí cambiamos la moto por completo. Hay veces que llegas a un circuito y te sientes bien de entrada, otras toca remar...", avisa.
El piloto de Gresini Racing valoró el fin de semana y, a pesar de todo, no lo dio por malo. "El fin de semana se ha resuelto a base de trabajo y de insistir. En este gran premio siempre fuimos tarde, con retraso. En el 'warm up' probamos algo que me ayudó a seguir a los más rápidos en los primeros giros. Siempre me ha costado rodar con la goma media. Pero en las últimas vueltas fui muy conservador, porque la caída de ayer pesaba mucho sobre mis espaldas", repetía el de Cervera.
No obstante, saca como algo positivo el haber podido estar cerca de las Ducati oficiales y, en especial, de un Pecco con el que podría haber peleado de haber sido más 'temerario', algo que llevaba tiempo sin poder hacer. "El de este fin de semana fue mi peor viernes, el sábado me busqué la vida y hoy pude estar más cerca de Pecco. Pero siempre hay una GP24 que me saca 4 o 5 segundos", reconocía apesadumbrado.