El Mundial de MotoGP regresa desde este viernes en Misano con un Gran Premio de San Marino que, tras lo vivido hace cuatro días en Aragón, puede marcar diferencias de cara a lo que queda de campeonato y a la gira asiática que comienza tras dos pruebas en Italia.
En Alcañiz, Marc Márquez arrasó, pero el gran vencedor fue un Jorge Martín que sigue minimizando daños en cada carrera que no se ve para ganar y, con dos segundos puestos y la caída de Bagnaia, volvió al liderato del Mundial y saca ahora 23 puntos de ventaja a Pecco Bagnaia.
El piloto madrileño ha concedido esta semana una larga entrevista en DAZN en la que ha hablado de todo y en la que ha dejado claro quien, para él, es el mejor piloto ahora mismo de MotoGP.
"Creo que soy el piloto más rápido que hay y también lo demuestran los números, no es que lo diga yo. Al final, si no pensase que soy el mejor, no estaría ni aquí”, afirma 'Martinator', quien no tiene dudas de que pese al mayor número de victorias de Pecco Bagnaia este año o al rendimiento de Marc Márquez con la GP23 y su exhibición en Aragón, él está por delante de ellos. “En la actualidad, quizá parece prepotente, pero creo que yo soy, ahora mismo, el mejor piloto que hay", reitera el español.
Jorge Martín reconocía haberle molestado, por ello, que eligieran a Marc Márquez por delante de él en el equipo oficial de Ducati. Y reconoce que se sintió como "un tonto". Pero que muy pronto reaccionó y, por eso, esa misma tarde del domingo en Mugello decidió firmar por Aprilia. “Fui el que mejor lo llevé de mi entorno, no fue tan duro como parecía. Fue muy feliz a la vez ese momento, porque pude ir a otro sitio que sentía que me querían mucho. La verdad es que fue todo tan rápido que fue muy fácil. Esa misma tarde ya estaba con otra mentalidad, pero, sí, fue rápido”, afirmaba ante la pregunta de cómo digirió la noticia de que fuera Marc Márquez y no él el elegido.
Sobre su gran momento, tiene claro que no puede quedarse ahí, que aún queda mucho Mundial y que, como se duerma, volverán a pasarlo y a llegar los errores, como le ocurrió en el tramo en que perdió la gran ventaja con la que llegó a Europa este año. "Tengo que pulir cosas, tengo que trabajar, tengo que mejorar... Eso es una progresión que no puede parar nunca porque si no al final en medio año te vas de primero al octavo", advierte.