Pedro Acosta ha irrumpido como un elefante en una cacharrería en el Mundial de MotoGP, y en en solo dos carreras ya está dentro de los pilotos llamados a pelear por todos los triunfos, aunque realmente desde que el instante en que se subió por primera vez a una montura de la categoría reina en los tests de Valencia justo después de acabar la pasada campaña ya se vio que iba a ser importante. Pero nadie esperaba la facilidad con la que ha llegado arriba, aún sin dominar al 100% su GasGas. Ahora, tras su primer podio en Portugal, ha lanzado un órdago al piloto del que todos dicen que es su sucesor, Marc Márquez.
En Portimao consiguió el podio tras superar al 93 en una carrera perfecta, en la que también pasó al campeón, Pecco Bagnaia y al líder de su marca, Brad Binder. Sin embargo, destaca la lucha con el hexacampeón, que "parece más fácil en la tele", aunque recuerda que en 2013 cuando el de Cervera llegó a MotoGP hizo algo parecido con la referencia de entonces, Valentino Rossi. "Él lo hizo un poco con Rossi y ahora yo con él, hay que ser un poco la mosca ‘tocahuevos’, señaló durante su aparición en El Hormiguero, en la remarcó que fue "bonito", pero tenía clara la estrategia. "Era la primera carrera real que hacía y me dijeron: ‘Échale huevos’. Y eso es lo que hice”.
Las expectativas que se marca no son reales, porque todas las que se ponga van a ser "irreales", debido a que con su edad y poca experiencia, todo van a ser "pruebas" y "habrá que tomárselo con calma", pero reconoce que lo que está viviendo es algo que para muchos pilotos es mayor que un sueño y espera mantenerlo. "Ojalá sea todo igual de bonito que está siendo ahora". Aunque al final no deja de ser un niño que disfruta mucho encima de la moto. “Me lo paso bien y me pagan por lo que hago, ¡qué más quiero!”.
Pese a que este es tan solo su cuarto año en el Mundial, si que es consciente que es muy diferente al niño que llegó, maravilló y venció con 16 primaveras en 2021, cuando ganó el Mundial de Moto3 de forma inesperada. Desde que llegó al Mundial con "algo ha cambiado". De hecho, el primer año fue bien, pero el segundo, cuando subió a Moto2, tuvo problemas de adaptación y tardó en demostrar su velocidad. "El segundo año no me encajaba nada, pero ahora soy otro comparado al que empecé", sobre todo el cambio se nota en que es alguien mucho más centrado compitiendo. "El ritmo que llevaba de romper motos no era normal”.
En el Mundial de MotoGP hemos visto en los últimos años muchos enganchones luchando por la posición que han acabado con pilotos por el suelo, el último precisamente en el trazado luso entre Bagnaia y Márquez, y el murciano avisa que cualquier día puede ser él, porque es "de calentón fácil". "Ahora está el tema algo delicado, nos tocamos y es algo malo, parece ser. Yo no rozo, yo golpeo, soy más directo." Aunque realmente en tres años nunca ha ido a Dirección de Carrera por tirar a nadie, pero cree que siempre hay que tener ese "punto". "Me caliento cuando me adelantan, siempre intento dar salsa para los que lo ven por la tele".