La 33ª edición del Gran Premio de España de Fórmula Uno que se vivirá este fin de semana en Montmeló se antoja apasionante. Y no sólo por el momento tan dulce que atraviesa Fernando Alonso, sino por la fuerte inversión que se ha hecho para mejorar las instalaciones. Y aunque el récord de asistencia está en 2007 con 140.707 espectadores, se esperan esta vez alrededor de 120.000 personas apasionadas del mundo del motor.
"Queremos manejar una cifra cómoda de mover a la gente. Está muy bien batir el récord, pero es mejor la calidad. Que quien venga viva el evento con más alegría y calidad de su estancia para que sea una experiencia extraordinaria”, subraya Josep Lluis Santamaria, director del circuito. El precio de las entradas oscilan de 49,5€ para el domingo hasta los 4.000 por packs VIP.
Según un informe de EFE, se han gastado más de 30 millones de euros para dichas mejoras. Y entre ellas, destaca la del agua potable, algo de lo que carecen la mayoría de los circuitos. También habrá más espacios con sombras, tribunas renovada y más plazas de parking: “En estos más de 30 años se utilizaba agua de pozos y el contenido en hidratos era superior al permitido al consumo humano, por eso no era potable. Este año se ha hecho una inversión importante para conectarnos a la red pública”.
Esta nueva cita automovilística, la séptima del calendario, llega con el aficionado español ilusionado más que nunca tras ver en Mónaco a Fernando Alonso encaramarse en la segunda plaza de un podio al que ya se ha subido cinco veces este curso. Asimismo, la presencia del joven Carlos Sainz es otro de los motivos que ha hecho crecer el interés por la F1 en los últimos tiempos.
Al margen de las mejoras para los aficionados, la gran novedad deportiva estará en el trazado. Este año se vuelve al trazado original y desaparece la última chicane del circuito, lo que ha obligado a la organización a realizar mejoras en cuanto a la seguridad en la primera curva debido a la gran velocidad a la que llegarán los monoplazas. Para ello se han instalado nuevas vallas de protección y se ha aumentado 40 metros de amplitud la escapatoria para adecuar los estándares de seguridad a la actualidad de un circuito permanente con más de 30 años.
Por otro lado, el Circuit de Barcelona-Catalunya apuesta por la movilidad sostenible. Por eso, se le recomienda a los espectadores que accedan a través del transporte público, medio a través del cual, el año pasado, se desplazaron hasta 75.000 espectadores. Se fletarán autobuses desde distintos puntos de la ciudad, como la Estación del Norte de Autobuses, Lloret de Mar y la propia estación de Montmeló. Además, Renfe reforzará su cadencia de trenes y habilitará más puntos de autoventa de billetes para agilizar el proceso. No obstante, se han habilitado 4.000 plazas más de aparcamiento, llegando a las 16.000.