Joan Barreda afrontó la etapa más dura que se recuerda en el Rally Dakar dolorido del esternón, con un ojo hinchado y otros moratones. Había perdido muchos minutos por una caída el miércoles y acumulaba, por un error en el sistema de aviso de radares, 21 minutos de sanción. Y, sin embargo, su única ilusión era continuar.
Por si no tuviera motivos para decir adiós, en el 'Empty Quarter' le tocaba abrir pista los dos días. El primero lo solventó perdiendo mucho tiempo, pero regresado al Top-10 provisional de la general de motos por los daños que el desierto estaba causando entre sus compañeros. Pero con lo que ya no ha podido ha sido con la mecánica. Una avería ha acabado con su carrera en este Dakar 2024 y, por primera vez, en los once últimos años, se marcha sin llevarse una victoria parcial para Castellón.
El de 2024 no era un Dakar cualquiera para Joan Barreda, ya que desde hace tiempo indicaban que sería el último. No lo ha confirmado el castellonense, pero sus palabras suenan a despedida.
"Yo estoy seguro de que no he podido ganar -un Dakar- por mi estilo, a lo que nunca he renunciado, a mi esencia. Ha habido años en los que tenía mucho nivel, pero optaba por correr con el equipo con el que estaba, por seguir con ellos. Si me arrepintiera de eso, estaría diciendo a mis amigos y mi familia que yo no soy así, como digo que soy cada día y como ellos me quieren. No me arrepiento de nada, al revés, estoy contento de haberme marcado mi forma de ser, mi esencia", asegura Barreda a los medios desplazados en Arabia Saudí, a los que asegura que ya tiene "la decisión tomada" sobre su adiós al raid más duro del mundo.
A sus espaldas deja catorce participaciones consecutivas en el Dakar y 29 victorias de etapa -sólo le superan Stéphane Peterhansel y Cyril Despres-. Cuatro de ellas en 2013 y 2017, y cinco en un 2014 en el que parecía incontenible. Y, sin embargo, nunca ha pasado de la quinta posición en la general de motos. En parte, por eso mismo que él dice, por su forma de correr. Una forma de afrontar el Dakar que le ha hecho ganarse el respeto de todos los pilotos y, por eso, se va sin arrepentirse "de nada".
Ese respeto lo siente y lo refleja en la anécdota que cuenta de la noche del jueves, en el vivac en el desierto, en el que compartió 'acampada' con diez o doce motoristas 'top'. "Y cuando apareció mi nombre, dijeron 'hostia, este es aparte'. Eso es lo que te da, que te vean como alguien que ha marcado. Ese respeto se siente entre los pilotos y es lo que más me llena", señala Barreda, que se lleva que vean como "el piloto diferente a los demás" a lo largo de la última década.
"Lo que tengo claro y siempre he dicho es que me gustaría que el día que decidiera parar, que pudiera hacer cosas que realmente me motivaran, no aquellas que estás más necesitado de hacer ahora mientras eres piloto. He currado como un cabrón, a muerte, pero si paro aquí, poder hacer cosas que me motiven, y eso es lo que espero hacer", incide el castellonense, que hace un balance de su carrera "más que bueno".
"Si me dicen hace 14 años que iba a hacer todo esto, hubiera dicho que es imposible. El Dakar y todo -lo que envuelve a las motos- me ha cambiado la vida y estoy enormemente agradecido", asegura. Joan Barreda dice adiós, pero no cierra la puerta. "Dentro de unos meses me empezará a picar todo..." y tal vez tengamos un 'último baile'.