El uso de coches híbridos enchufables (PHEV) estuvo en su origen destinado como una solución intermedia para la transición hacia la movilidad eléctrica 100 % limpia. Sin embargo, lleva tiempo siendo cuestionado por diferentes estamentos.
En este sentido, el último ejemplo de ello es un estudio llevado a cabo por la organización Transport & Environment. Es esta una organización no gubernamental europea que tiene sede en Bruselas y que está dedicada a promover políticas de transporte más sostenibles y mucho más respetuosas con el medio ambiente. Así, el estudio pone de manifiesto que, aunque estos vehículos son capaces de circular en modo eléctrico, en la práctica son menos eficientes de lo que los fabricantes anuncian en términos de emisiones de dióxido de carbono (CO₂).
Dicho estudio señaló que la emisión de dióxido de carbono por los coches híbridos enchufables es tres veces superior a lo que anuncian los fabricantes. Esta situación se da incluso cuando el viaje se inicia con la batería completamente cargada. Además, el uso de estos vehículos por parte de las empresas, que rara vez cargan sus baterías y conducen en modo de combustión, empeora aún más la situación en términos de emisiones. Por ello, los resultados de esta investigación llevaron a la organización Transport & Environment a pedir la retirada de las ayudas y exenciones fiscales para los coches de empresa híbridos enchufables, ya que todavía quedan en algunos mercados de Europa.
Al respecto, los investigadores señalan que los híbridos enchufables son una solución puente antes del salto a la movilidad 100 % eléctrica. Pero pueden aumentar las emisiones si se utilizan de forma incorrecta, ya que la eficacia de los coches híbridos enchufables depende en gran medida de cómo se utilicen. Si bien, si se utilizan correctamente pueden ser una solución interesante para los conductores que aún no están listos para dar el salto a la movilidad eléctrica 100 % limpia. Sin embargo, si se utilizan como excusa para no pasarse a los coches eléctricos puros, pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente.
Los tres modelos PHEV que se probaron de forma reciente son un BMW Serie 3, un Peugeot 308 y un Renault Mégane. Todos emitieron más dióxido de carbono de lo anunciado cuando se probaron en la carretera, incluso cuando arrancaron con la batería llena. De hecho, el BMW contaminó tres veces su calificación oficial cuando se condujo en una ruta típica, según las pruebas de la Universidad Tecnológica de Graz que encargó la organización T&E. Por su parte, los Peugeot 308 y Renault Megane PHEV funcionaron mejor, pero aun así contaminaron un 20 % y un 70 % más de lo declarado. Se dieron esas cifras a pesar de la distancia recorrida de ida y vuelta, relativamente corta (55 km).
En cuanto a la conducción urbana, el Peugeot recorrió poco más de la mitad (53 %) de la autonomía eléctrica que se anunció con una sola carga. Mientras tanto, el BMW completó únicamente el 74 %. Sin embargo, solo el Renault cumplió con la autonomía eléctrica reclamada. Toda vez que su autonomía de 50 km se de con una sola carga y esta no sea carga rápida, el uso de cero emisiones de Renault en rutas de cercanías en ciudades europeas seguirá siendo un tanto limitado.Por su parte, la gerente de emisiones de vehículos de T&E, Anna Krajinska, señaló que "los híbridos enchufables se venden como la combinación perfecta de una batería para cubrir las necesidades locales y un motor para largas distancias". Si bien, afirmó que "las pruebas del mundo real muestran que esto es un mito". Además, expresó que "en las pruebas de la ciudad, sólo uno de los PHEV tiene la autonomía eléctrica anunciada, mientras que los tres emiten más de lo que se afirma en la conducción de corta distancia. Los legisladores deberían tratar los PHEV en función de sus emisiones reales".