Los problemas en Red Bull no dejan de sucederse. Desde el curso pasado iniciaron un período de crisis, tanto interna como en sus resultados en la Fórmula Uno. Bien es cierto que finalmente Verstappen consiguió conquistar el Mundial, pero los austriacos acabaron cediendo el título de constructores ante McLaren, y desde entonces no han podido recuperar el ritmo.
Pero además, el segundo piloto está generando muchos problemas para la escudería. Tras una terrible temporada de Checo Pérez, el equipo decidió prescindir de él y apostar por Liam Lawson para ocupar su asiento. Un cambio que no les ha ido muy bien, ya que tras sólo dos carreras con el neozelandés han decidido apartarle y descenderle a Racing Bulls, mientras que Yuki Tsunoda subirá al equipo de las bebidas energéticas.
Una decisión que no ha sentado muy bien a Max Verstappen, que ha mostrado de diversas formas su disconformidad con Red Bull, abriendo una brecha cada vez más grande en el equipo, ya que tampoco tiene un monoplaza suficientemente competitivo para pelear por el campeonato.
Desde que se hizo oficial la salida de Lawson de Red Bull, Verstappen no ha ocultado su desacuerdo, especialmente a través de redes sociales, donde ha dado 'me gusta' a varias publicaciones asegurando que los austriacos se equivocan al haber cambiado tan rápido a Lawson, sin apenas darle oportunidad de adaptarse al monoplaza.
Sin embargo, en esta semana de Gran Premio, en su llegada a Japón el cuatro veces campeón del mundo no ha dudado en pronunciarse al respecto, mostrando cierta brecha con Red Bull. "Mi reacción es conocida dentro del equipo. No se trataba sólo del cambio, sino también de otras cosas..." explica Max en el circuito de Suzuka.
"Ya lo discutimos durante el último fin de semana de carreras y en la fábrica. Todo lo hemos compartido con el equipo, incluyendo cómo me siento al respecto" confiesa el neerlandés, que reconoce que él ya explicó su postura con el equipo, a pesar de no haberle tenido en cuenta.
El problema está claro para Verstappen: el monoplaza no es lo suficientemente competitivo. Con un coche incapaz de pelear por victorias, el neerlandés reconoce que es imposible que el segundo piloto logre grandes resultados, por ello, el cambio que realmente espera es un paso al frente del equipo para poder competir por el Mundial. "Creo que todos en Red Bull también lo saben y en eso también estoy centrado. Una vez que el coche sea más competitivo y más fácil de pilotar, el segundo coche estará más cerca" concluye Max sobre este lío interno.
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