“Guardo mucho rencor todavía de lo que pasó en Las Vegas. Cuando pienso en ello me da mucha rabia. De salir en primera fila y luchar por la victoria a salir en la zona media de la parrilla y tener que remontar desde atrás hay una diferencia, y seguro que afectó a mi resultado final en el campeonato y al de Ferrari”, señalaba Carlos Sainz al referirse, un mes después del Gran Premio de Las Vegas de Fórmula 1, a todo lo vivido con su accidente con la alcantarilla suelta y su posterior sanción de diez posiciones por arreglar los desperfectos causados por ésta.
El piloto madrileño recordaba cómo había sido todo en un acto en Madrid. "Fue un incidente muy raro. La frustración es algo muy difícil de gestionar cuando eres tan competitivo y con tantas ganas. Sobre todo, cuando pones tanto empeño y trabajo en preparar un año, una carrera. Todo para que aparezca una alcantarilla y te destroce el coche. Culpa del Circuito y de la FIA. Y más allá de eso, te penalizan. Te dicen: oye, además de la alcantarilla vas a tener diez puestos de penalización. Son cosas que, sinceramente, demuestran que el deporte y la Fórmula 1 tienen mucho que mejorar. Nadie en la F1 estaba contento ni de acuerdo con la penalización. El deporte tiene que seguir progresando", reiteraba el madrileño, quien señalaba que tanto él como su escudería habían protestado formalmente y pedido explicaciones; y que un mes después aún no las habían recibido.
Sainz pudo remontar hasta la sexta plaza, pero esa carrera fue clave para que, tras otro mal resultado en el GP de Abu Dhabi, Mercedes le arrebatara en la última vuelta el segundo puesto del Mundial de Constructores. Y, con ello, algunos millones. Aparte de que el propio piloto madrileño, que peleaba por la cuarta plaza en el Mundial de Pilotos, acabara en séptima posición y por detrás de su compañero.
Se intuía que detrás de esta sanción estaba la mano de Mercedes y su presión a la FIA y la dirección de carrera para que restaran a Ferrari opciones de sumar puntos. El director-jecutivo de Mercedes, Toto Wolf, lo reconocía y, aunque dice sentirse mal por haber presionado, se agarra al reglamento para justificarlo.
“Como director de un equipo rival que está luchando por el subcampeonato, necesito mirar las regulaciones y el alcance completo de nuestras posibles acciones para terminar segundos en el campeonato. Si el reglamento lo dice, tengo que actuar en beneficio del equipo y de las 2.500 personas para actuar dentro del límite del reglamento, porque, si perdemos el campeonato por cinco puntos porque actué con justicia deportiva y las reglas me hubieran permitido penalizar al coche, sea cual sea el piloto, tenía que hacer eso”, asegura a Planet F1 Toto Wolf, quien reconoce que era un motivo de "fuerza mayor" -como se justificaba Ferrari-, pero que "todos los demás directores de equipo lo habrían hecho, por muy injusto que sea".
“Para mí, son más bien cosas que no puedes controlar. Para mí, subirme al bordillo y destrozar tus ‘skids’ y no cumplir con las regulaciones, chocar con un pájaro, son casos injustos, pero no hemos encontrado regulaciones que cubran estas cosas”, añadía el jefe de Mercedes para justificar su decisión.
Toto Wolf se encontró con las críticas del resto de escuderías, que arremetieron contra él por cometer lo que, para todos, era un injusticia deportiva. Wolf asumía su culpa -“He hecho eso por Carlos y es horrible", señala-, pero tiene claro que, mientras no haya una reglamentación clara al respecto, seguirá actuando igual.