Alberto Gálvez4 min lecturaLo que le faltaba a Max Verstappen. Tras el Gran Premio de Hungría, donde se quedó sin subirse al podio y se estuvo quejando durante toda la carrera de las estrategias que le transmitía Red Bull por la radio, ahora para Bélgica le han comunicado la peor de las noticias que le podían dar.
El neerlandés será penalizado con 10 posiciones en la parrilla de salida por superar su límite de motores, según apunta Motorsport.com. Un castigo que ha sido muy meditado y que el propio piloto sabía que tarde o temprano llegaría. Y es que la pérdida de una unidad de potencia en los entrenamientos libres del Gran Premio de Canadá de junio obligó a la escudería de la bebida energética a introducir la cuarta unidad de potencia Honda en España, el número máximo permitido por año cuando faltaba más de la mitad de la temporada por disputarse.
Según dicho medio, ha sido el el propio equipo el que ha decidido que cumpla dicha sanción en el Gran Premio de Bélgica de este fin de semana para poder introducir así un quinto motor de combustión, decisión que, al ser la quinta unidad, conlleva dicha penalización.
Los dirigentes de Red Bull creen que en el circuito Spa-Francorchamps es más fácil que Max pueda remontar, ya que los adelantamientos son menos difíciles que en el resto de trazados.
Si logra la remontada, no será casualidad, ya que en 2022 Verstappen ya ganó la carrera desde saliendo desde la decimocuarta posición de la parrilla por idéntico motivo.
Eso sí, tal y como van las cosas en McLaren y Mercedes no parece que esta vez vaya a ser tan sencillo. Cabe recordar que su compañero 'Checo' Pérez ya instaló su quinta unidad de potencia en el Gran Premio de Gran Bretaña y ya sufrió semejante castigo.
Ahora, Red Bull revertirá la configuración de su RB20 después de introducir un aluvión de mejoras en Budapest. "Ha sido un gran esfuerzo introducir esta mejora para esta carrera. Creo que hemos sacado más rendimiento de lo cambios y eso tiene algunos aspectos positivos. El coche volverá a tener una especificación diferente el próximo fin de semana", dijo Christian Horner, jefe del equipo.
Además de dicha sanción, en Red Bull le han impuesto otro 'castigo' a Max. Y es que al piloto neerlandés le han dado un pequeño tirón de orejas en el uso de simuladores.
Sin ir más lejos, el pasado fin de semana, en Hungría, la madrugada antes de la carrera realizó un 'stint' con el coche de su equipo en las 24 horas de Spa virtuales. Y como eso no gustó en Red Bull, el jefe de equipo Helmut Marko ha acordado con él que dicha práctica estará más limitada.
"En Imola no se acostó hasta las tres de la madrugada, después de una sesión de carreras de simulación, y luego ganó el Gran Premio. Max tiene un ritmo de sueño diferente y durmió sus siete horas", recalca el propio Helmut Marko.