Pese a las ilusionantes palabras de Fernando Alonso y su jefe Mike Krack de cara al futuro y nada más acabar la temporada 2024 de Fórmula 1, y a la llegada de los Adrian Newey, Cardile y demás componentes que le van a dar un vuelco al equipo de cara a 2026, la tensión que se ha vivido en este final de temporada en la escudería con sede en Silverstone ha sido evidente y se ha traducido en despidos.
A mitad de temporada, cuando llegó el parón invernal, Aston Martin era la escudería que más cambios y mejoras había introducido en los primeros meses de competición. Y, sin embargo, el equipo, lejos de mejorar, iba para atrás y pasaba de ser el cuarto o quinto mejor en pista a pelear por ser sexto o séptimo.
Dan Fallows, el aerodinámico fichado en su día y que había trabajado con Newey en Red Bull, era el principal señalado y el que pagó los platos rotos. No fue despedido directamente, pero pasó de de ser director técnico a tener un puesto testimonial antes de su salida.
Ante esto, Mike Krack se muestra contundente en una entrevista en AS y dejaba claro que la destitución de su director técnico era una decisión interna provocada por los resultados. "No hay mucho que decir, este deporte se mide por prestaciones y cuando no están esas prestaciones, hay cambios. Las tareas se han dividido entre personas diferentes. Bob Bell (director ejecutivo) y Eric Blandin (jefe de aerodinámica) se encargarán del coche de 2025", señala.
El anuncio llegó hace un mes, el pasado 12 de noviembre y ahí, el director de rendimiento del equipo, Tom McCullough, asumía las culpas en nombre de todo el equipo. "El rendimiento del equipo este año no ha estado al nivel que todos esperábamos, por lo que no hemos estado a la altura. Y eso ha sido básicamente una decisión del equipo (...) Desde que Dan -Fallows- llegó aquí, he estado trabajando estrechamente con él y tuvo un gran impacto en el desarrollo del coche de 2022 y 2023, aportó mucho al equipo, sinceramente. Pero, en última instancia, durante 2024 no hemos rendido al nivel que esperábamos y queríamos lograr. El desarrollo de estos coches ha sido duro y, en definitiva, se trata de una industria basada en el rendimiento, ¿no es así? Y el equipo ha tomado la decisión de hacer algunos cambios", reconocía entonces el británico.
Desde Aston Martin no han querido hablar más. En estas últimas semanas han pedido paciencia y se han enfocado hacia el futuro. En menor medida hacia 2025, pese a que un cambio podría darles una gran alegría, y más en 2026. "Como equipo tenemos que mejorar. Son dos temporadas seguidas ya -bajando prestaciones- y tenemos que hacer un trabajo mejor. Hay varias condiciones que se tienen que cumplir antes de pulsar el botón y tenemos que ser cuidadosos”, reiteraba el luxemburgués Mike Krack, que por ahora sigue siendo el máximo responsable de la escudería.