La Fórmula 1 aterriza este fin de semana en Inglaterra para vivir en el mítico circuito de Silverstone un nuevo gran premio, que culminará la 'trilogía' que durante tres semanas ha hecho moverse el Gran Circo por España y Austria antes de aterrizar en tierras inglesas.
Se correrá junto a la fábrica de Aston Martin justo cuando el equipo de Fernando Alonso vive su peor momento en los últimos años. Alejado de la pelea por los puntos en los dos últimos grandes premios, espera poder dar una imagen más digna en 'casa', aunque hay pocas esperanzas a tenor de las palabras del asturiano.
Aston Martin ha ido de más a menos conforme pasaban las carreras y, especialmente tras su desembarco en Europa, ha dejado de pelear con las cinco primeras escuderías a hacerlo desde la sexta o séptima posición. El jefe de la escudería, Mike Krack, aseguraba que, aunque estaban preocupados, no temía ningún cambio drástico, ya que el dueño, Lawrence Stroll, estaba informado de todo y sabía que los cambios no eran rápidos.
Pero el magnate canadiense no se conforma con la imagen que está dando y ya ha empezado a tomar medidas. Tras asegurarse a Fernando Alonso hace unos meses y renovar a su hijo recientemente, ha empezado a 'meter mano' en la fábrica.
Hace poco más de una semana se conocía que iba a incorporar al ingeniero toscano Enrico Cardile, que ocupaba el puesto de director técnico en Ferrari; y ayer hacía lo propio con Andy Cowell, exjefe y mentor que hizo los motores de Mercedes dominar la F1 y que será el nuevo CEO de Aston Martin.
Para que Cowell llegue deberá salir Martin Whitmarsh, la primera pieza destacada del puzle de la escudería verde que 'salta' del barco. “El equipo de Fórmula 1 Aston Martin Aramco formaliza el nombramiento de Andy Cowell como director ejecutivo del conjunto, para reemplazar a Martin Whitmarsh, que dejará su cargo a finales de 2024”, señalaba el comunicado con el que anunciaban el fichaje.
El siguiente será Adrian Newey, aunque éste ha indicado que hasta otoño o invierno no descubrirá su futuro, pero todo apunta a que aceptará la irrechazable oferta que Lawrence Stroll le ha puesto encima de la mesa. La pregunta es si lo hará para trabajar con su antiguo compañero Dan Fallows o para sustituirlo.
Fernando Alonso está muy atento a todos estos cambios. Cuando renovó le prometieron un coche ganador para los próximos años y, curiosamente, desde entonces sólo han dado pasos atrás. Con la llegada de ingenieros de este calibre para hacer motores y chasis, la escudería de Silverstone apunta a todo.