La primera polémica de la temporada de 2024 en la Fórmula 1 ya está saldada. Desde que Mercedes anunció su monoplaza para la cita mundialista fueron muchos los que señalaron que su alerón delantero era ilegal. Pues bien, la FIA lo ha examinado para determinar que cumple con la norma.
Para ser exactos, la Federación Internacional del Automóvil ha dado su visto bueno a la arriesgada evolución de la escudería alemana al entender que el fino cable de carbono hace que el alerón esté unido al morro, una exigencia normativa de la FIA para todos los coches de la parrilla de la F1. He aquí la imagen delantera del W15 que llevarán Lewis Hamilton y George Russell durante la próxima campaña.
Más allá de datos técnicos y de legalidad, lo que es indudable es que Mercedes va con todo en esta campaña de 2024. Tras tres años cayendo ante Red Bull –los dos últimos de manera clara–, los germanos han sido mucho más agresivos en el diseño de su nuevo bólido, con el cual quieren competir de manera inmediata por victorias y, quién sabe, si por el Mundial.
Aunque como decimos en la marca alemana han esquivado la censura de la FIA, les sigue quedando lo más importante: comprobar sobre el asfalto si el nuevo diseño y ese fino cable de fibra de carbono dan el resultado esperado, algo que empezaremos a comprobar en los test de Baréin y, sobre todo, cuando se dé el pistoletazo de salida con el primer gran premio de la campaña.
Aunque parezca un elemento secundario respecto a lo que supone el motor o el chasis de un Fórmula 1, no son pocas las fuentes que señalan que este elemento (alerón delantero) es la gran esperanza de los hombres de Toto Wolff. Puede ser algo que marque diferencias, sobre todo si su flexibilidad permite que se reduzca la resistencias aerodinámica. En ese caso, y si el morro se doblase de manera visible, la FIA podría cambiar de opinión y prohibirlo.
Volviendo a lo que espera Mercedes de 2024, lo cierto es que aún duele el hecho de que no se lograse un solo triunfo en todo 2023, algo que sí se consiguió en 2022 con George Russell en el Gran Premio de Brasil. En aquel momento se tuvo la impresión de que el equipo había encontrado el camino, pero lo vivido en el pasado Mundial subrayó que no estaban cerca del punto de desarrollo deseado.