La relación de Fernando Alonso y Aston Martin es complicada. La temporada anterior el equipo británico devolvió la ilusión al español, subiéndose al podio en varias ocasiones. Pero este año todo es diferente. La escudería verde ha bajado mucho su rendimiento, y pese a que promete a sus pilotos unas mejoras en el monoplaza, estas nunca llegan. Una situación que desespera al deportista español. Sin embargo, fuera de los circuitos del calendario, Alonso está encantando con su nuevo Aston Martin.
El bicampeón mundial cada vez está más decepcionado con su monoplaza en Fórmula Uno, sin embargo su nuevo coche de carretera, también de la marca británica, le ha hecho hacer las paces con su equipo. El piloto ha recogido en Mónaco su nuevo automóvil, diseñado especialmente para él y con varios guiños a modo de homenaje.
El asturiano hace las paces con su equipo gracias su Fórmula 1 apto para circular por las calles. El nuevo coche de Alonso es el Aston Martin Valkyrie, que él mismo define como "el mejor coche legal" y que asegura que está encantado de ser el dueño de este prodigioso aparato. De hecho, es creación del genio de ingeniería Adrian Newey, quién seguramente trabaje codo a codo con el español en la próxima temporada de la categoría reina del automovilismo.
La característica principal de este deportivo es su motor, un V12 de 6,5 litros desarrollado por Cosworth, que proporciona un rendimiento único: 1.555 CV de potencia. Esta fuerza permiten acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos. Además, es un modelo muy exclusivo, ya que sólo se han fabricado 150 unidades, con unas 2.000 horas de trabajo en la construcción de cada uno de ellos. Por todos estos motivos, el precio asciende a más de 3,5 millones de euros, que el asturiano ha pagado sin ningún tipo de descuento, ya que Aston Martin no rebaja la cantidad ni a sus trabajadores.
La actual temporada ha superado el ecuador, y los resultados del Aston Martin cada vez son peores. En el último Gran Premio de Italia ninguno de los dos coches puntuó. Actualmente, ocupan la quinta posición del mundial de constructores, siendo el mejor equipo de la zona baja, alejados de los cuatro gigantes. Sin embargo, aunque sean 'los mejores del resto' sólo suman 74 puntos este año y no tienen nivel para competir con los de arriba.
Alonso ve como un equipo que el año pasado era competitivo a la hora de pelear por podios se hunde poco a poco. Algo que le desespera, ya que el asturiano, a pesar de tener ya dos mundiales y 43 años, sigue con el hambre de victorias. Por ello está en una continua lucha con su equipo, ya que sus ansias de mejorar muchas veces se confunden con prepotencia, que genera cierto clima tenso en el equipo. Poco se puede salvar este curso ya, pero la próxima campaña promete ser mucho más fructífera gracias a la llegada de Adrian Newey, que está a punto de hacerse oficial.