Mientras en la Fórmula 1 casi todo son buenas noticias para Ferrari, que cada vez está más cerca de Red Bull y de cara al Gran Premio de casa en Imola va llevar unas mejoras que le pueden hacer candidato a todo, en el otro gran proyecto del gigante italiano, el mundial de resistencia, no todo son buenas noticias. Pese a que ya va por su segunda temporada en el certamen, el Hypercar del 'Cavallino Rampante', aún no ha conseguido ni una sola victoria, y eso que siempre han estado en la pomada, pero entre problemas técnicos, accidentes o simplemente percances provocados por la mala suerte, no han podido llevarlo a a cabo. Este fin de semana tenían una nueva oportunidad en las 6 horas de Spa, la última prueba antes de las 24 horas de Le Mans, y pese a que se las prometían muy felices, se han encontrado un problema inesperado.
Y se las prometían tan felices porque uno de sus dos coches, el número 50, que conducen Antonio Fuoco, Niklas Nielsen y el español Miguel Molina, marcó el mejor tiempo e iba a salir desde la pole. Fue el italiano Fuoco, el gran especialista a una vuelta del contrastado trío, el encargado de explotar el crono con un giro antológico de 2:02:600, más de medio segundo por delante del Porche número 5 del equipo Penske y del Cadillac número 2, en el que correrá Álex Palou en Le Mans.
Sin embargo, el gran despliegue del transalpino quedó en nada, porque horas después, cuando ya había caído la madrugada en Bélgica, la organización confirmó que el coche 50 y el 94 de McLaren habían incumplido la normativo de peso al no llegar al mínimo e iban a ser sancionados con arrancar desde el fondo de la parrilla. En el caso ferrarista se debe a que durante los libres tuvieron un percance que les obligó a hacer modificaciones en el alerón trasero y por eso no llegaron a lo que debían. El hecho de salir últimos es siempre complicado, pero en una prueba como esta más aún, aparte de porque con 6 horas es la modalidad más corta del WEC, porque en SPA salir primero da mucha ventaja. Las dos primeras curvas, La Source y la mítica Eau Rouge, generan barullos que puden acabar con cualquiera fuera. La otra máquina roja, el 51, saldrá desde la décima posición, también por detrás de lo esperado, hasta el punto de que un Ferrari no oficial, como el 36 que pilotan entre otros Robert Kubica, se ha colado en la octava posición.