"Son zonas donde apenas hay nada: un médico, comisarios y poco más. Les daré un saco, una tienda y una ración militar para comer. No tienen teléfono, no hay cobertura, no sabrán cómo están en la clasificación...", así desvelaba el director del Rally Dakar 2024, David Castera, lo que están afrontando esta noche los pilotos del raid en Arabia Saudí.
Carlos Sainz ha llegado a la mitad de la etapa 6 como líder virtual de coches. Es una etapa especial porque se divide en dos y que no acabará hasta mañana. En ella, los pilotos se han adentrado en uno de los desiertos más inhóspitos del mundo, el conocido como 'Empty Quarter' o 'Cuarto Vacío -en realidad desierto de Rub'al Khali-, han parado a las dos de la tarde -hora española- y, según donde se encontrasen, se han instalado en uno de los seis vivacs que la organización ha situado en todo el desierto.
Algunos, como Stephane Peterhansel, el piloto con más victorias de etapa de la historia, aún se encontraban varados cuando llegó el 'toque de queda' y no sabían cómo iban a poder acabar la jornada.
"Si entras solo, puedes morir", señalaba no hace mucho Nasser Al-Attiyah, uno de los pocos que conoce ese desierto. "Lo puedes buscar en Youtube", advertía a los incrédulos. El 'Empty Quarter' es un desierto de 1.000 km de largo y 500 km de ancho donde no hay nada, de ahí el nombre, sólo dunas y lechos de algún antiguo lago salado que hace mucho que dejo de serlo.
Y allí, de momento, está mandando Carlos Sainz, que ha tirado de estrategia y ha sabido aprovechar las ruedas de otros para sacar más de veinte minutos a Al-Attiyah y más de cinco a Loeb o Ekstrom.
Pero, por la noche, ha recibido lo mismo que todos. Para guarecerse de las inclemencias del frío desierto, un saco y una tienda; para beber, seis litros de agua por persona; y, para comer, un rancho militar de campaña que está claramente estipulado.
Es el siguiente: Una lata de pasta con tomate, una lata de arroz con pollo y verduras, sopa, galletas saladas y dulces, una tableta de chocolate, una barrita energética, sobres isotónicos, azúcar y sal. A esto lo acompañarán, lógicamente, con los cubiertos y con un hornillo para calentarse el arroz, la sopa o la pasta.
De hecho, según anunció la organización, las raciones fueron compradas a un proveedor del ejército francés. Y con eso tendrán que aguantar hasta el final de la sexta etapa, que concluye mañana.