Antonio José Medina4 min lecturaQue Joan Barreda es un valiente y que sobrevive contra todo lo que se le ponga por delante ya lo ha demostrado hace muchos años. Innumerables desgracias le han ocurrido en el Dakar a lo largo de su carrera. Algunas de ellas han sido culpa suya, pero otras muchas no. Y, pese a ello, siempre se ha levantado.
En este Dakar 2024 ha sido el piloto más sancionado -ya acumula cuatro sanciones y 21 minutos- y se ha caído dos veces, la última de las cuales retiraría a muchos. Pero él se plantea afrontar así, con múltiples secuelas, la etapa más dura que se recuerda en el Dakar y que se disputará mañana y el viernes por el infierno del Empty Quarter (Desierto de Rub al-Jali).
El piloto castellonense, en una quinta etapa con una especial corta y de transición, en la que muchos pilotos han ido sólo buscando una buena posición para el día siguiente, se caía en el tramo final. Y no sólo perdía mucho tiempo y llegaba muy tocado, sino que a Joan Barreda le tocará este jueves abrir pista de los primeros, ya que la elite de las motos arranca en sentido inverso a cómo llegaron a la meta de Shubaytah.
"Voy a probar, pero todo dependerá del dolor. Yo quiero salir y meter gas", señalaba el piloto de Torreblanca a la prensa desplazada a Arabia Saudí, donde reconocía cómo había sido el accidente y la magnitud de su dolor.
"En el km 30 he visto una duna, he acelerado, he saltado y al caer se ha clavado la moto. No he llegado a caer del todo, pero si que me he dado con los aparatos con el cuerpo. El aparato del cap -que marca el rumbo- se ha desconectado y tenía que ir mirando para abajo, al GPS, para comprobar que iba bien. Y a 20 o 30 km del final, en una zona de hierba de camello, iba mal colocado de delante, me he caído y he dado un par de vueltas. He pegado fuerte encima la moto con el pecho y tengo bastante dolor en el esternón. Y, depende de la posición de los brazos, me duele bastante", admite Joan Barreda.
"Algo debe haber porque si no, no dolería tanto", añade el castellonense, que tiene golpes en la nariz, la frente y un ojo hinchado, aparte del golpe en el pecho, que es el que le da problemas. Barreda, pese a todo, reconocer que va a salir "a ver qué pasa". "Hay que estar bien físicamente y la situación es que hay que apretar en esta carrera", señalaba antes de afrontar la parte más dura de las dos semanas de competición. Una etapa de 48 horas sin asistencia y para la que hay que estar a tope física y mentalmente. Y él no lo está
"No ha sido fácil desde el principio. He ido un poco a contracorriente y hoy era un poco el día de salir a apretar, pero no ha podido ser", añade un Barreda cuya idea sigue siendo "dar el máximo", pero que admite que ya fue "un poco difícil" llegar a la meta y que mañana y pasado lo será más.