Antonio José Medina5 min lecturaEl Rally Dakar 2025 está siendo el más duro que se recuerda y los abandonos han sido constantes tras dos etapas maratón muy diferentes entre sí que han pasado factura. En el caso de los coches, dos de los tres grandes favoritos que empezaron la prueba, Carlos Sainz y Sebastien Loeb, estaban ya fuera después de la tercera etapa. De igual forma que también lo estaba alguien como la catalana Laia Sanz, que no se había tenido que retirar nunca tras quince años compitiendo en el rally más duro del mundo.
El motivo no es otro que las duras pruebas y verificaciones que la FIA ha implementado y que, según algunos pilotos, están desvirtuando lo que es el Rally Dakar históricamente. El hecho de que dos nombres tan llamativos hayan estado entre los primeros damnificados ha abierto el debate. "Es un debate que debe abrirse", aseguraba un Carlos Sainz que, tanto en Arabia Saudí como ya en Madrid, ha criticado el inmovilismo de la FIA.
"Fueron dos o tres milímetros, no sé... Respeto mucho a la FIA, pero me dio mucha rabia porque podríamos haber seguido. Tal y como está yendo la carrera, está habiendo unas diferencias tremendas. Hoy han pasado un montón de cosas, ayer también", señalaba en Marca el piloto madrileño, ya en España. Allí aseguraba que, pese a explicarle que el arreglo era totalmente seguro y demostrárselo, le negaron poder continuar. "Están estrictos, porque en nuestro caso fue por tres milímetros. Una barra que el equipo garantizaba que se podía reparar y arreglar... Incluso iba a quedar más robusta, más fuerte que antes, pero al final es un debate que yo creo que los equipos lo abrirán, porque una carrera tipo el Dakar, un vuelco, es relativamente posible. Y por dos, tres milímetros, con una marca detrás que te garantice la seguridad, pues yo creo que quizás sea excesivo", añadía el madrileño.
Si lo de Sainz fueron dos o tres milímetros, lo de Laia Sanz fueron dos. Y eso después de pasar toda una noche reparando el coche para que pudiera continuar. "Sufrimos mucho para poder reparar el coche, llegamos a la salida y nos quedamos fuera por dos milímetros. Obviamente duele, se quejaba Sanz.
Más duro era un Sebastien Loeb que, en ocasiones anteriores, ha visto como con lo que tenían él, Sainz o Laia Sanz se podía seguir en el Rally Dakar sin problema. "Los cálculos para verificar el estado de la jaula de seguridad concluyen que aunque una sección está deformada, no afecta a la rigidez de la estructura y, por tanto, no afecta a la seguridad del vehículo", afirmaban desde Dacia, el equipo de Loeb, donde no entendían aún por qué lo habían 'expulsado' del Rally Dakar 2025.
Ante la avalancha de acusaciones, la FIA ha tratado de defenderse. Jerome Rousell, director de cross-country de la FIA, señalaba que son medidas que llevan años en funcionamiento. "Si la jaula antivuelco está dañada -tras un accidente-, es la misma norma en todos los campeonatos desde hace muchos años, desde hace décadas, en cuanto la jaula antivuelco está dañada, no se puede continuar. En teoría se puede reparar, pero reparar un chasis así no es algo fácil de hacer de la noche a la mañana en medio de la nada. Porque reparar para nosotros es sustituir el tubo dañado por otro idéntico. Añadir algo de material, soldar sobre la grieta, cosas así no están permitidas. Por eso, en el caso de Carlos -Sainz-, Laia -Sanz- y Seb, -Loeb-, todos estos coches tuvieron que ser retirados o descalificados porque la jaula antivuelco estaba dañada, y en cuanto la jaula antivuelco está dañada, no es idéntica a la homologada, por lo que no puede continuar", afirma el ejecuto de la FIA, en declaraciones recogidas por Motorsport, donde asegura que desde la Federación Internacional no se plantean cambiar las reglas.