La anfitriona está muy cerca de su objetivo, y es que Francia puso todos los huevos en el cesto del baloncesto, con el sueño de plantar cara a Estados Unidos y buscar, auspiciados por el efecto de Victor Wembanyama, conseguir un hito que sería sin duda, la mayor sorpresa de sus Juegos Olímpicos. Pero no parecía algo posible después de ver lo que había sucedido en fases de grupos, donde sufrieron con Brasil y sobre todo, con una selección muy inferior como Japón. Así llegaron con dudas a estos cuartos, donde encima debían medirse a uno de los grandes candidatos, Canadá, y han cumplido con creces.
Lideraba por Guerschon Yabusele -máximo anotador de su equipo, con 22 puntos-, Francia logró el pase a las semifinales tras vencer al equipo que dirige el español Jordi Fernández, por un cómodo 82-73 y se jugará el pase a la final contra Alemania, que con anterioridad había eliminado a Grecia, y llega aquí como flamante campeona del mundo. Además, en fase de grupos los de Gordon Herbert se lo explicaron a los de Collet. Pero hoy ante Canadá eso era el pasado, y de poco le sirvió los norteamericanos la gran actuación de su estrella, Shai Gilgeous-Alexander, que se fue hasta los 27 puntos que le convirtieron en el máximo anotador del partido, porque capitaneada esta vez por el madridista Yabusele, secundado por Isaia Cordinier, y con un papel más secundario de su joven estrella, Wembanyama, la anfitrión se metió en la lucha por las medallas.
Canadá había accedido, con pleno de triunfos en Lille y como primera de su grupo, el de la muerte al partido de cuartos, pero no pudo hacer mucho Francia dejó encarrilado el partido en la primera mitad, gracias a un excepcional primer cuarto, en el que el equipo de Collet -que esta vez no fue la Francia de Wembanyama- defendía bien y estaba mucho más acertada en el tiro, especialmente gracias a Cordinier, que llegó al descanso con trece puntos, uno más que Yabusele. Canadá, por contra, parecía un equipo completamente diferente al que había encandilado al público de Lille, y apenas redujo un punto la diferencia para concluir este primer cuarto con un tanteo adverso de 23-10. Yabusele la elevaba a quince en el tercer minuto del segundo acto (30-15), que cerró con otro triple que dejaban al equipo del badalonés Fernández -en el que sólo mantenía el tipo su estrella, Shai Gilgeous-Alexander-, a dieciséis (45-29) al final de la primera parte.
La reanudación empezó aun más fea para los norteamericanos gracias a otro triple de Cordinier (20, que ya les dejaba con un lastre de 19 unidades (48-29) que se antojaba difícil de remontar sin una rápida reacción. Esta tenía que llegar, obviamente, gracias a RJ Barrett y, sobre todo, a Shai. Que situó a los de la hoja de arce a ocho (54-46) a tres del final del tercer cuarto. A la eficacia de Yabusele y Cordinier se unía, para contener el despertar canadiense, el buen desempeño en la pintura de Mathias Lessort. Dos acciones de RJ Barrett y otra de Dillon Brooks, acercaban peligrosamente a cinco (65-60) a Canadá, para la que capturaba todo el rebote que podía Dwight Powell, a falta de cuatro minutos.
Pero cuando tuvo que aparecer, Wembanyama surgió. No porque aportó siete puntos, si no que lo hizo siendo el máximo reboteador del partido -con 12-. Y sobre todo, porque le colocó un taponazo a Brooks en el momento de máxima tensión, cuando Canadá se podía acercar a tres. Y eso dio un golpe sobre la mesa, ya que Canadá no se pudo recuperar. No llegó a pasar de estar a siete. Y dos tiros libres finales de Fournier pusieron el 82 a 73 y metieron a la anfitriona en semifinales.