Todo un mito del deporte español y, sin embargo, a Saúl Craviotto muchos lo conocieron cuando ganó Masterchef. El piragüista catalán arranca este martes su competición en los Juegos Olímpicos de París 2024 con la posibilidad de pasar a la historia olímpica española y batir el récord de medallas, que ahora mismo comparte de otro piragüista: David Cal.
Hasta ahora, Cravioto atesora cinco, dos de ellas de oro. El también policía ha logrado un oro en Pekín 2008, una plata en Londres 2012, oro y bronce en Río de Janeiro 2016 y la plata en Tokio 2020. Serán sus quintos Juegos y, en los cuatro anteriores, en todos ha sumado algo.
Por eso no es de extrañar que su nombre aparezca entre los favoritos a colgarse una medalla esta semana. A primera hora de este martes liderará el K4-500 junto al abanderado de este año, Marcus Cooper Walz, a Rodrigo Germade y a Carlos Arévalo. Llegan "con ilusión y las mejores cartas posibles" y con un objetivo muy claro: el oro. "Afronto estos Juegos como siempre, con mucha ilusión y las mejores cartas después de una buena preparación. No sabemos cómo vamos a estar, pero las sensaciones son positivas. Venimos a por todas, a por medalla, a por el oro, pero si luego es otro metal, genial. De momento estamos muy contentos con todo el trabajo realizado", señala el catalán en la previa de su inicio en París.
Pese a las ediciones disputadas y las medallas sumadas, Saúl Craviotto tiene claro que unos Juegos Olímpicos siempre son especiales. "Los Juegos Olímpicos son una competición mágica, se siente los nervios previos, sabes que tienes a todo el país detrás. Hay poco que aconsejar, tenemos todos experiencia, pero todo hay que verlo con perspectiva. Lo hemos dado todo, venimos con ambición, pero hay que disfrutar del evento", señala un Craviotto que no mira atrás y avisa que "la medalla más importante va a ser la de París".
El deportista catalán, en una entrevista con Prensa Ibérica, reconoce que va con los 'ojos inyectados en sangre'. "La presión es buena. Lo sé por mi experiencia. Cuando más relajado he ido me han eliminado. Cuando me he sentido acorralado, he dado lo mejor. La clave es no dudar y cuando llegues, mirar hacia un lado y al otro y ver cómo has quedado”, afirma alguien que, a sus casi 40 años, aún tiene ganas de más. Aunque tal vez París sea su último baile. "Después de París 2024 analizaré muchas cosas, como hice tras Río 2016, Tokio 2020 y cualquier Juegos Olímpicos. Después de cada trabajo, oposición o examen, uno debe poner los pies en el suelo para mantener conversaciones con tu entorno, tu mujer, tus hijas, tu entrenador... Para ver si tengo un proyecto que me apasione. Si no existe, pues lo dejo. Y si algo me hace ‘tilín’, pues voy al Campeonato Europeo del año que viene en Milán y sigo un pelín más. Tengo que ver el proyecto que me pongan encima de la mesa. Pero lo que más valoro es la ilusión, sin ella, no habrá nada", afirma.