Francisco Salas3 min lecturaEntrar con ranking protegido a un torneo de tenis implica un pequeño castigo, y es que sí o sí, en segunda ronda te va a tocar un cabeza de serie, y eso es algo que Rafa Nadal ya sabía cuando se apuntó al cuadro individual de París 2024. Ya le había pasado en Roland Garros, donde directamente en primer ronda ya estaba contra un capo como Alezander Zverev, o en Roma, donde en segunda ronda se vio con Hubert Hurkacz, también top ten. En Madrid lo pudo librar y superó al 9º favorito, Álex de Miñaur, pero en los Juegos Olímpicos, donde nadie está exento del primer partido, volvía a estar todo abierto, y aquí, de nuevo la suerte le ha sido esquiva.
Eso sí, esta vez al menos de primeras ha tenido un poco de asueto, y el ganador de veintidós Grand Slams y campeón olímpico en Pekín 2008, debutará en París contra el húngaro Marton Fucsovics. Pero hasta ahí la fortuna, porque en caso de superar al magiar, en segunda ronda se citará con Novak Djokovic, quien está ante su último baile olímpico. El serbio arrancará su participación contra Matthew Ebden, quién ha entrado en el último momento al cuadro en sustitución de Andy Murray, y si vence, irá a por el de Manacor.
Una vez que ambos se midan, el que se alce con la victoria va a tener, además del honor de haber despedido a su máximo rival histórico en una cita olímpica, la oportunidad de avanzar a las medallas, aunque para eso hay muchas piedras en el camino. Para empezar, en tercera ronda lo más lógico sería que tuvieran enfrente o a Arthur Fils, quien viene de ganar hace unos días en Hamburgo al número 4 del mundo, Alexander Zverev, que estaba siendo de lo mejor de la campaña sobre arcilla, o a Matteo Arnaldi, un joven italiano que se la puede liar a cualquiera en tierra batida.
A partir de ahí, la fiesta. En cuartos de final estaría un hombre al que todos ponen en la terna de candidatos, Stefanos Tsitsipas, dejando en semifinales a, precisamente Zverev, finalista en Roland Garros, y verdugo de Rafa en primera ronda. Taylor Fritz, que no tiene en esta superficie su favorita, pero se desempeña bien, o Lorenzo Musetti, a quien Nole arrasaó en semis de Wimbledon. Y ya la final puede ser cualquier cosa, pero solo de pensar en Carlos Alcaraz, pueden echarse a temblar, aunque tampoco hay que olvidarse de Daniil Medvedev o Casper Ruud.