No son doblistas, Carlos Alcaraz venía de jugar dos horas antes, Rafa Nadal está muy mermado físicamente a sus 37 años. No esto no son excusas, es la cruda realidad con la que hoy se han topado de frente Carlos Alcaraz y Rafa Nadal en su partido de cuartos de final del torneo de dobles de los Juegos Olímpicos de París 2024, en los que los estadounidenses Rajeev Ram y Austin Krajicev les han pasado por encima, en dos sets en los que han podido hacer muy poco, ya que apenas han cogido la iniciativa del juego, más allá de momentos puntuales.
En poco menos de dos horas, un tiempo que engaña si miramos el marcador de 6-2 y 6-4, lo que deja claro que los puntos fueron competidos y el partido una guerra, pero nada pudieron hacer los españoles, diciendo adiós al fenómeno 'Nadalcaraz' que durante los últimos días había sido una de las tendencias más grandes en España. Y es que desde el principio se vio que lo iban a tener más que difícil, cuando sus rivales ganaron el sorteo y eligieron restar. Esta vez fue Rafa el encargado de sacar, a diferencia de en rondas anteriores que lo hizo Carlos, pero el juego se lo llevaron los 'yankees' a base de juego de puros doblistas, ganando la red y forzando errores en la volea del murciano.
A partir de ahí, el set fue una cuesta abajo contanste para el de Denver y el de Tampa, que se hicieron con él tras otro break en el séptimo juego. Pero en el segundo el inicio fue diferente, al menos con el saque de los españoles. Con más o menos problemas iban cerrando cada servicio, pero restando no eran capaces de poner en peligro a sus rivales. Carlos Alcaraz estaba a años luz de su nivel, mientras que Rafa tiraba de ambos, pero no era suficiente. No obstante, casi rompen en una ocasión el saque a Ram, quizá el más débil de los rivales desde el fondo, pero nada.
Y en el séptimo juego, sirviendo Carlos, la debacle. Sin oposición, con tres errores 'tontos' y un restazo de Ram, consiguieron el break el blanco y ahí estuvo el partido. Aunque con 5 a 4, en el juego decisivo sacando Krajicek, los españoles gozando de tres bolas de rotura, sobre todo por culpa de que al de Florida le pesaba el brazo, con dobles faltas y fallando voleas. Pero no hubo manera, y tras desaprovechar tres opciones, de repente el campeón de Roland Garros en dobles el año pasado se acordó de sacar, y ahí se acabó el partido. Ahora se jugarán un puesto en la final ante los checos Machac y Pavlasek.