Fran Garrigós es por ahora la única medalla para España en los Juegos Olímpicos de París, aunque el judoca madrileño está pagando bastante caro el bronce conseguido, puesto que en Japón hay toda una campaña contra él.
El judoca japonés Ryuju Nagayama, que cayó en cuartos de final ante el español, ha pedido que cese el linchamiento hacia Garrigós tras su polémico combate, el cual dio lugar a una campaña en las redes de odio y amenazas desde Japón hacia el madrileño.
"¡Ha venido a verme Garrigós! Se disculpó, pero creo que también fue un resultado decepcionante para él", escribió el japonés en su perfil de la red social X (antiguo Twitter), en un mensaje que acompañó con una foto de ambos deportistas en actitud amistosa y en el que añadió: "No importa lo que digan, ¡somos familia del judo!".
Garrigós venció a Nagayama en cuartos de final de la categoría de -60 kg por un ippon que generó polémica, puesto que el japonés dijo en su momento que el español siguió estrangulándolo cuando el árbitro ya había parado el duelo. El madrileño aseguró que no lo escuchó por el ruido.
Cuando el juez declaró la victoria de Garrigós, Nagayama le negó el saludo al judoca español en señal de protesta, y tardó varios minutos en abandonar el tatami, pidiendo una revisión del final del combate.
Ambos terminarían ganando medalla de bronce en la categoría con victorias en los combates por el tercer y cuarto puesto y en la repesca, pero la polémica ya estaba servida.
Nada más terminar el combate entre Nagayama y Garrigós comenzaron a circular por redes sociales insultos y amenazas contra el madrileño, en su mayoría provenientes de Japón, señalando que lo que había hecho era un "deshonor", acusándolo de desconocer las normas del judo e incluso pidiéndole que no viaje al país porque no sería "bien recibido".
Unas horas más tarde, el judoca japonés pidió en las que se deje de atacar a Garrigós. Los cuartos de final "fueron el resultado de una lucha desesperada de ambos equipos, por lo que me gustaría que la gente se abstuviera de difamar a Garrigós", escribió.
"Creo que tomar una decisión también fue una situación difícil para el árbitro. Siento no haberle estrechado la mano (a Garrigós)", añadió Nagayama, que dijo sentirse "feliz de haber podido luchar contra él con todas sus fuerzas en el escenario olímpico".
El japonés, quien afirmó en su momento que le invadió la rabia porque su objetivo único era lograr el oro, explicó que aprovechará la experiencia obtenida en los Juegos Olímpicos de París para seguir trabajando y demostrar que ha vuelto a crecer dentro de cuatro años, en la próxima cita olímpica.