Desde que el sábado arrancaron los Juegos Olímpicos de París 2024 se han visto imágenes felices, duras, polémicas... Se ha visto cómo un judoca japonés le negaba el saludo a un español, cómo una de las favoritas en BTT caía de cabeza en la prueba de la especialidad y, tras quedar tirada, era atendida con un traumatismo cráneo encefálico, la propia ceremonia inaugural trajo mucha polémica por diferentes motivos. Sin embargo, pocas imágenes ha habido tan desgarradoras como la que dejó el propio judo.
Se trata nada menos de la gran favorita de su categoría de menos de 52 kilos, la judoca japonesa Uta Abe, campeona olímpica en Tokio y que sólo había perdido dos combates en los cuatro últimos años. Abe se vio sorprendida por la judoca uzbeka Diyora Keldiyorova. Cuando faltaban aún unos segundos para el final de su pelea de octavos de final, la uzbeka atacó y logró un ippon que finalizó el combate. La japonesa no se lo creía, entró en 'shock' ya desde el mismo suelo, no parecía consciente de que su aventura en París 2024 había terminado.
Pese a ello, cumplió con todo el protocolo, saludo a su contrincante y la felicitó. Y luego, se derrumbó. La imagen de su inconsolable llanto no sólo ha dado la vuelta al mundo, sino que se ganó el aplauso de todo el Champ-de-Mars Arena, pabellón en el que se disputan estas competiciones.
Uta Abe se abrazó a su entrenador y de su tristeza fueron partícipes todos los aficionados. No había caído con una cualquiera, sino con la líder del ranking mundial de la Federación Internacional de Judo (IJF), que posteriormente se proclamaría oro olímpico tras derrotar en la final a la kosovar Distria Krasniqi.
Eso no consolará a una Abe que se veía ganadora y que vio cómo su hermano sí lograba la gloria que a ella se le negaba. Ocurrió el mismo día. Hifumi Abe ganó la medalla de oro en judo masculino en la categoría hasta 66 kilos de estos Juegos Olímpicos de París 2024. En su caso, venció por ippon al brasileño Willian Lima en la final y revalidó su título de campeón del mundo que ya ganara en casa, en Tokio 2020.
El momento tan triste que dejó al abandonar el tatami no le ha quitado mérito a una carrera deportiva que forma parte de las leyendas de este deporte. Y que, a sus 24 años, aún podría tener opciones de medalla en Los Angeles 2028.