La medalla que va a servir para superar las 17 de Río y Tokio, eso es lo que va a ser la presea que ha conseguido España esta mañana ganando a Eslovenia en un más que complicado duelo por el bronce en el que los chicos de Jordi Ribera han estado fuera de la pelea, pero al final, a base de garra y pundonor han podido sumar un metal con el que poco antes de final se había dejado de contar, lo que permite ser a estos Juegos Olímpicos de París los mejores de los últimos 12 años.
La selección española no falló y se colgó, al igual que ya ocurrió hace tres años en Tokio, la medalla de bronce, tras imponerse este domingo por 23-22 a Eslovenia gracias a una parada de Gonzalo Pérez de Vargas en los instantes finales. Una intervención que premió la mayor fortaleza mental del conjunto español en un tramo final de partido en el que los de Jordi Ribera supieron sobreponerse a la exclusión de Miguel Sánchez Migallón. Pero ni con un hombre menos los 'Hispanos' dejaron escapar la renta de un gol con la que afrontaron el último minuto y medio de juego.
Y eso que Eslovenia pareció tenerlo todo a favor tras disponer de un último balón para igualar la contienda, tras una más que discutida falta en ataque de Aleix Gómez, que tuvo que salir de la pista en brazos de Abel Serdio tras el duro encontronazo que sufrió con el defensor. Sin embargo, Eslovenia, que retiró al portero para jugar la última acción con siete jugadores de campo, no supo mover bien el balón y acabó tratando de forzar la prórroga con una lejano disparo de Borut Mackovsek que detuvo Gonzalo Pérez de Vargas.
La mejor manera posible de poner fin a un torneo olímpico que, caprichos del destino, cruzó a españoles y eslovenos en encuentro por la medalla de bronce catorce días después de que ambos equipos fueran los encargados de abrir el pasado 27 de julio el torneo. Pero si entonces ambos conjuntos tenían todo el tiempo por delante para enmendar cualquier posible error, en esta ocasión se lo llevaba todo, nada más y nada menos que un bronce olímpico, mientras que el perdedor se quedaba sin nada.
Y es que si algo tuvo el duelo, desde el primer minuto, fue una tremenda igualdad, y es que nadie quería dejar pasar la más mínima oportunidad, con defensas algo guadianescas, y ataques oportunistas, tanto que al descanso, pese a ser España mejor, un par de errores se pagaron caros y acabó empatada la contienda. Aún así en la segunda mitad mejoró, y aunque fue aún menos anotadora, dejando un triste 11-10 a favor de los nuestros, la fiabilidad de Pérez de Vargas fue más que suficiente para asegurar un triunfo que vale un bronce, pero sabe a oro.