¿Arrepentimiento o cambio de estrategia? Novak Djokovic es consciente de que, ahora que no está Rafa Nadal, el público de Roland Garros podría haber encontrado en Carlos Alcaraz a su sustituto y a su nuevo ídolo. Y sabedor de que el tenista murciano, ahora mismo, es el único que podría dejarle sin el oro olímpico, 'Nole' ha optado por hacerle un guiño a los aficionados de París 2024.
Tras haberse tocado la oreja en señal de protesta cuando se decantaban por animar la resurrección de Nadal frente a él en el partido correspondiente a la segunda ronda, el balcánico ha dado marcha atrás y ha explicado lo mucho que le gusta el ambiente que se vive en las pistas galas en este evento.
"Es un gran honor representar a mi país en los Juegos Olímpicos, un evento increíble para los deportes. Jugamos Roland Garros cada año en este estadio, pero la grada, el ambiente, los colores... Todo es diferente de una manera positiva. Los aficionados de Roland Garros son muy apasionados por el tenis, pero el público en los Juegos Olímpicos viene desde todo el mundo para apoyar a sus respectivos países. Es algo hermoso de ver, todos celebramos el deporte", subrayó en Eurosport.
Asimismo, también ha manifestado su deseo de que cambien las condiciones meteorológicas: "Estoy sudando un montón, sinceramente. Es un día con mucha humedad, tal y como lo fue ayer. Solo espero que llueva para que se enfríe un poco la temperatura y el ambiente. Es lo que hay, tienes que aceptar y adaptarte a las condiciones, es lo mismo para tu rival, así que tienes que intentar hacerlo lo mejor posible".
Y es que el balcánico tiene entre ceja y ceja el único título que le falta en su palmarés. Por el momento, no encuentra rival en la pista capaz de complicarle las cosas. Ante el alemán Dominik Koepfer, el serbio volvió a hacer gala de su nivel en dos sets (7-5 y 6-3) y, a sus 37 años, se convirtió en el más longevo en alcanzar los cuartos de final en el cuadro individual en una cita olímpica.
Ni Matthew Ebden, ni Rafa Nadal ni Koepfer han sido capaces de frenarle hasta la fecha. Ahora, el griego Stefanos Tsitsipas le espera en cuartos de final con ánimos de revancha tras las dos finales de Grand Slam que ha perdido contra él. La pareja de la española Paula Badosa es el único que podría impedir su cita en la final olímpica, donde a Novak sólo le vale morder el oro. Y nada más.