Jon Rahm llegaba a la última jornada del golf en los Juegos Olímpicos en una posición más que ventajosa para conseguir una medalla en París, y estuvo muy cerca de hacerlo, de hecho, llegó a acariciar el oro, pero sucumbió en la recta final y se marchó de vació del campo de Le Golf National. Con un recital de juego, el 'león de Barrika' llegó a liderar el torneo con cuatro golpes de ventaja a falta de ocho hoyos con hasta seis birdies en los diez primeros. En ese momento comandaba la tabla con cuatro golpes de margen sobre el japonés Hideki Matsuyama y el británico Tommy Fleetwood.Pero Rahm, que llegó a los Juegos embalado tras firmar en el Reino Unido su primer título en el LIV Golf, se hundió en el momento decisivo. Encadenó bogeys en los hoyos 11 y 12 y agregó un triple bogey en el 14 para, ya descentrado, descolgarse definitivamente de la lucha. Ese momento en el 14 fue el mayot problema, pero aunque parecía acabado, se rehízo y tuvo una mínima opción en el hoyo 18 de, al menos, jugar un desempate por el bronce con el japonés Matsuyama, pero todo dependía de una larguísimo putt que no entró. Incluso remató el torneo con un nuevo bogey que lo envió a la quinta plaza, igualado con Rory McIlroy.
Scottie Scheffler ejerció de número uno mundial para, con una espectacular tarjeta de 62 golpes, 9 bajo par, hacerse con la medalla de oro. Ya estuvo al acecho los tres primeros días del torneo pero, sin excesivo protagonismo. Eso sí, se guardó todo para el momento decisivo, cuando desplegó todo el repertorio del golf que lo mantiene como número uno, para acabar ganando el oro con un golpe de ventaja sobre el británico Tommy Fleetwood, medallista de plata. El bronce, a dos impactos, fue finalmente para el japonés Hideki Matsuyama.
En Le Golf National, Scottie esperó hasta el final para acabar de enseñar los dientes y dar el golpe de gracia a sus rivales. Mientras arriba peleaban por el triunfo Rahm, Fleetwood y Matsuyama, jugó su torneo particular y fue encadenando birdie tras birdie hasta situarse en cabeza en el momento decisivo. Empezó con tres birdies seguidos en los tres primeros hoyos y acabó los nueve primeros de su vuelta con seis pares. Si embargo, en los nueve últimos llegó la eclosión del número uno. Birdie al 11 y al 13 y exhibición total con más cuatro consecutivos entre el 14 y el 17 para asestar el golpe definitivo.