Francisco Salas4 min lecturaEl mejor partido de tenis de todo el año. Así de simple es definir lo que ha sido el duelo entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic en la gran final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Una oda al tenis en la que se han 'matado' durante horas y en la que se ha impuesto el serbio en dos sets, por un doble 7-6. Un duelo de generaciones, que además era una revancha de lo que pasó en Wimbledon hace unas semanas, cuando Carlos arrasó al de Belgrado. Pero esto era diferente, y es que pese a no haber ganado nada en todo el año, el balcánico es uno de los grandes deportistas de siempre y solo le faltaba un oro olímpico, y ahora ya lo tiene.
El murciano no ha sido capaz de conseguir su tercer gran hito del 2024 tras Roland Garros y Wimbledon, y tiene una explicación, la presión. Y es que "probablemente" se haya sentido diferente porque estaba actuando por España, luchando por el oro. "Yo me he metido igual algo más de presión por jugar para España y me enfrentaba con un jugador que quería igual esa medalla. Enfrente había un jugador que lo ha hecho mejor en los momentos clave". Además, no ha dado lo mejor en los momentos difíciles del duelo. "No he incrementado el nivel en esos momentos y él sí. Ha sido una presión diferente y puede que haya estado algo ahí la diferencia".
El ganador de cuatro Grand Slams rompió a llorar tras el encuentro, ya que era un "momento difícil" porque quería más, quería el oro y perder nunca "es agradable. Pero se va con "la cabeza alta", y ha dejado todo lo que tenía dentro de la pista. "Cuando pierdes así sales de la pista orgulloso de lo que has hecho". Y es que la misión era muy dura, tanto como tener delante a Djokovic que tenía las misma ganas y ha jugado a un gran nivel. "Las lágrimas del final es porque no he logrado el objetivo ni el deseo de los españoles y no he podido hacer a los españoles orgullosos de una medalla de oro. Me voy con otra medalla, que no es fácil, y estoy orgulloso de conseguirlo".
Para Carlos Alcaraz ha sido una semana "diferente" a lo que está acostumbrado, y no lo esconde. "Hemos vivido en la Villa olímpica... la alegría por el triunfo de otros españoles en otros deportes". Y claro está, por su gran experiencia vital, jugar el dobles con Rafa Nadal, donde llegaron hasta los cuartos de final. "El tenis es solitario pero hemos podido tener la oportunidad de jugar el dobles, con Rafa, aprender de él. Lo que soñaba, jugar unas olimpiadas, jugar con mi ídolo, aprender de él muy cerca". En todo caso, ha conseguido una plaza, lógicamente, se alegra por ello. "En mis primeros juegos lograr una plata es maravilloso que voy a recordar toda mi vida. Voy a disfrutar del momento".