La windsurfista sevillana Blanca Manchón ha anunciado su aspiración de estar en París 2024, con el reciclaje que conlleva pasar de la actual RS:X a la nueva clase olímpica de tabla de vela iQFoil (con alerones), al estar "muy ilusionada" con poder competir en los que serían sus terceros Juegos Olímpicos.
Aunque meditó su retirada tras competir en Tokio 2020, Manchón, de 34 años y quíntuple campeona del mundo en RS:X, ha decido continuar y prepararse para un nuevo ciclo olímpico con el reto de hacer historia, en caso de ganarse una plaza para 2024, como única española en haber participado en tres Juegos en tres clases de windsurf distintas: Mistral, RS:X e iQFoil.
La windsurfista del CN Puerto Sherry dijo que está "superemocionada de anunciar" que seguirá "hasta Paris 2024 con un nuevo proyecto y nueva clase olímpica, IQFOIL, donde ya no iremos sobre el agua , iremos volando sobre ella", afirmó en unas declaraciones facilitadas por la Federación Andaluza de Vela.
"Me he puesto un reto muy difícil, pero a la vez ilusionante y motivador para mí, que no es ni más ni menos que ser la única española en ir a tres Juegos Olímpicos en tres clases de windsurf diferentes", recalcó, tras participar en Atenas 2004 con la tabla Mistral y en Tokio 2020 con la RS:X, mientras que en 2024 lo haría con la iQFoil si logra la clasificación.
La sevillana declaró que "no tenía muy claro" si retirarse "después de Tokio", pero aseveró que no se podía "permitir, después de tantos años en el deporte profesional", hacerlo "lesionada y sin poder haber dado el cien por cien" en su anterior cita olímpica.
Blanca Manchón llegó con una dolencia en una pie a Tokio 2020, provocada en una difícil maniobra durante el Campeonato del Mundo de RS:X que se celebró semanas antes en la bahía de Cádiz, su "casa", y en los que, a pesar de estos problemas, luchó en cada jornada y al final acabó en el puesto undécimo.
Acostumbrada a superarse a sí misma, la regatista olímpica andaluza indicó que ahora afronta "un nuevo proyecto muy distinto a todos los demás, una clase que exige mucha potencia física, unos kilos de más" de los que ella tiene y, "sobre todo, ir muy rápido y al límite".
"Creo que muchos deportistas hemos pensado lo mismo. Después de una pandemia todo se ve diferente y unos juegos tan cerca como los de París te hacen ver las cosas de una forma distinta y darte cuenta de lo afortunados que somos de poder dedicarnos al deporte de alta competición, que, aunque sea muy exigente, al final es lo que nos llena", recalcó.
Añadió que también le "emociona mucho el hecho de que haya mucha competitividad en el equipo (nacional) femenino", pues lleva "los últimos años entrenando prácticamente sola por las circunstancias que se dieron con la pandemia", además de que tuvieron que "retrasarlo todo un año más".
"Ahora, estar en un grupo me hace estar motivada cada día y querer ser mejor. En el agua siempre tienes a alguien metiéndote presión, lo que es fundamental para subir tu nivel al máximo si quieres estar entre las mejores del mundo", explicó Manchón.
Para ello, precisó que ya apura las horas para empezar "del tirón" con los entrenamientos con su entrenador, Fede Espósito, y el grupo de la Federación Española, aun sabiendo que sus compañeras de la RFEV le llevan "casi un año de ventaja por la pandemia y el cambio (de fecha) de los Juegos".