Tiene motivos el bético para sonreír. Ahora sí.
y no es para una noche y un día,
lo que tardó la semana pasada en arrebatarle el Villarreal esa plaza europea que ya no es
sottovoce el que siempre debió ser en voz alta el objetivo: v
olver a Europa.
Pellegrini ya lo dice sin temores.Al menos una semana va a estar el Villarreal viéndole la matrícula.
La presión ha cambiado de vestuario y, aunque el
Betis tiene que visitar al
Sevilla en un derbi apasionante en el
Sánchez-Pizjuán tras recibir al moribundo
Alavés, los de
Unai Emery tienen un doble compromiso a domicilio (Valencia y Eibar) con el desgaste que supone un viaje de casi
7.000 kilómetros (ida y vuelta) para enfrentarse al
Dinamo de Kiev en los dieciseisavos de final de la Europa League.
Pellegrini ha encontrado la estabilidad y
"mentalidad competitiva" -según sus propias palabras- del Betis cumpliendo su inicial declaración de intenciones: construir un grupo sólido en defensa.
Cerrando la sangría atrás, con la
novena portería a cero en lo que llevamos de liga, ha ganado por la mínima su dos últimos encuentros ante Getafe y Cádiz.
El Betis, tras el Barça, el Atlético de Madrid y el Sevilla es el cuarto mejor equipo de LaLiga en lo que llevamos de nuevo año 2021. Cuando se gana tanto siempre es fruto del buen trabajo y no de la casualidad. Con los triunfos se acaban las críticas a los dirigentes, pasan a un segundo plano los errores arbitrales y se mira al futuro con optimismo.
Pellegrini ha impermeabilizado las corrientes negativas que infectaban el vestuario y ni siquiera ausencias tan notables como la de
Fekir afectan al rendimiento colectivo. Hay un modelo que funciona y en él mejoran las individualidades.
Tampoco está afectando en el grupo un
tema tan delicado como la posible rebaja salarial a los jugadores. El club necesita cuadrar las cuentas con la pérdida de ingresos por el coronavirus, ya ha habido un par de reuniones con el plantel,
según ha desvelado el presidente Ángel Haro, y la predisposición de los futbolistas, conscientes de la complicada situación, es buena.
En los dos últimos encuentros, desde luego, no se ha percibido el más mínimo síntoma de falta de intensidad, más bien todo lo contrario. La viabilidad del proyecto deportivo
necesita una clasificación europea, a la que siempre obliga la dimensión social del Betis.
Pellegrini ha abierto la veda y ya es hora de decirlo en voz alta.
Joaquín Adorna