1. La flexibilidad de Lopetegui para ser capaz de cambiar.
Triunfo en Getafe de buen entrenador. Algo tenía que tocar y lo ha hecho. Su idea es la misma, tener el control, pero al fin se vio a un Sevilla menos encorsetado en la idea del técnico, más dinámico, con más llegada y con más gol. Sensación de equipo sólido, contundente, con oficio y con hambre. ¿Será flor de un día? El golpe de autoridad está dado, la inyección anímica recibida y el camino marcado. Ante el Cluj debe ratificarlo.
2. Renunciar a la posesión como única vía para tener el control.
Ante el Getafe ganó la posesión por 2 puntos (51% frente a 49%). Cuando la posesión se tiene en campo propio y se acumula con el portero y los futbolistas más retrasados, el riesgo de pérdidas que acaben en gol es mayor. Así ha encajado muchos de los últimos tantos. Además, de nada sirve tener el balón si estás lejos del área contraria, si no hay velocidad en la circulación y si no se generan ocasiones. Cuanto menos ‘Asetienado’ esté el equipo (posesión inocua como la del Betis de Setién), mejor.
3. De Jong, pieza fundamental.
Siempre ha sido la apuesta de Lopetegui y su participación en Getafe fue determinante para saltarse líneas y acercarse con muy pocos toques a la portería rival. Ganó casi todos los duelos aéreos y dio continuidad al juego del equipo. Una nueva asistencia en el segundo tanto logrado por Fernando.
4. Ningún faro en el centro del campo.
Puede ser consecuencia del cambio de planteamiento o tal vez por el mal estado de forma que atraviesa Banega y la lesión de Óliver Torres, quien tuvo minutos en la recta final del partido ante el Getafe. Al menos, Lopetegui saca una conclusión importante: puede ganar sin depender de unos futbolistas que han demostrado ser fundamentales para que funcione su estilo de juego.
5. El doble pivote Gudelj-Fernando da equilibrio defensivo al equipo.
El Sevilla había perdido su solidez y con esa combinación ha vuelto a encontrarla. Gudelj actúa como tercer central en muchas ocasiones y cede muy poco a sus rivales. El Cluj marcó de penalti y el Getafe prácticamente no tuvo ninguna ocasión clara.
6. La valentía para buscar cerrar el partido.
Ha sido la gran crítica a Lopetegui. Su equipo ha desperdiciado muchísimas ventajas a lo largo de LaLiga. Lograba adelantarse en el marcador y trataba de que no pasara nada desde ese momento. Intentaba defenderse con posesión, pero iba cediendo terrero y acababa perdiendo puntos. En Getafe el equipo se liberó, soltó amarras y buscó con insistencia aumentar la ventaja en el marcador, también al contragolpe.
7. Los cambios mejoraron al equipo.
Cuando en el minuto 72, con 0-2 en el marcador, Lopetegui decide cambiar a Suso para dar entrada a Sergi Gómez, todo apuntaba a que la sustitución iba a empequeñecer al Sevilla y a que le ponía al Getafe en bandeja de plata la opción de acercarse en el marcador. Adelantando a Navas y con Koundé en el lateral, aún hizo más daño. De hecho, es Koundé quien marca el 0-3.
8. Funcionaron las bandas.
La presión alta y las entradas por banda eran dos de las señas de identidad que había perdido el Sevilla de Lopetegui. Reguilón, que ha ido de más a menos, volvió a ser el puñal del arranque de la temporada. Con Suso y Ocampos intercambiando sus posiciones puntualmente, se abrían más vías de llegadas para Navas y Reguilón, que asiste en el primer tanto a Ocampos.
9. Se reencontró con el espíritu combativo.
Ha sido innegociable en el Sevilla de los títulos y se palpó de nuevo en Getafe. Competir desde el primer al último minuto y pelear en todas las segundas jugadas como si fuese la última del partido. Además, nunca perdió la concentración y supo jugar 'el otro partido'.
10. La base ya está.
Lo más complicado está hecho, recuperar sensaciones y volver a ganar. En esa idea debe incidir Lopetegui. Desde la solidez debe llegar el crecimiento.
Joaquín Adorna