Si el triunvirato que gobierna la parcela deportiva mantiene internamente la unión que da la fuerza, no lo parece. La estrategia, si la hay, para aparentar que todo sigue tal y como empezó el día que
Haro y
Catalán decidieron recurrir a
Serra Ferrer para mantener el poder y ganarse de nuevo la confianza de los béticos no está funcionando.
Al exterior llega, tal vez, una imagen distorsionada, pero los hechos hablan por sí solos. A Setién se le ha dejado pese a que su continuidad conducía a un fracaso cantado y pocas palabras se han dicho para salir reforzados tras una decepcionante temporada.
Con la herida aún abierta, se filtra que Setién va a continuar la próxima temporada, agigantándose la incredulidad y el malestar de los béticos. Quienes lo cuentan, en
Canal Sur, están muy bien informados. Y aunque en fútbol se pasa de la A a la Z con una simple llamada telefónica, hacer oídos sordos al mayoritario
'Quique vete ya' debilita al técnico, que quedaría expuesto a un terrible ambiente hostil; a
Serra Ferrer, que le habría destituido cuando todavía había opciones de salvar la temporada; y al dúo
Haro&Catalán, que ensombrecen su extraordinaria gestión en ladrillos y hoja Excel no dando un voto de calidad a Serra Ferrer en la comisión deportiva.
Si se mantiene el consenso en el órgano de poder, convendría escenificarlo cuanto antes porque todo apunta a una peligrosa desunión capaz de activar el piloto automático autodestructivo que caracteriza al
Real Betis. Si los tres creen en Setién, urge una foto en la que aparezcan felices, y no debilitados, los cuatro.