Se ha abierto la veda y, por la reacción del personal, había muchos esperando a que llegara la fecha para iniciar la cacería, con
Setién en el punto de mira. En estos días de fácil acceso a la presa, no hace falta equivocarse en exceso para recibir cartuchazos cargados de plomillos. Con
Setién, ya está claro, no hay término medio. Enamora y genera rechazo. Con él está garantizado el debate, como ocurría, por ejemplo, con
Javier Clemente, uno de los que, sin tener vela en el entierro, se ha lanzado directamente al cuello para darse visibilidad y recuperar un minutito de gloria.
Poca defensa tiene
Setién cuando ni él mismo ha querido parapetarse o pedir disculpas ante el aluvión de críticas recibidas desde casi todos los frentes. Las últimas, de mal gusto, del jugador del Leganés
Michael Santos: "Hacemos 4 ó 5 cosas bien, pero se fueron con la 'cola' llena para Sevilla".
Los ataques han sido excesivos, pero se equivocó
Setién y debe aprender que para defender su estilo no debe menospreciar los otros tipos de fútbol. Entre otras razones porque da pistas a quienes enseña cómo incomodar al
Betis; porque hay días en los que su equipo gana -y es ovacionado por su afición, como ante el
Atlético de Madrid- sin las formas que pregona; y porque él mismo abre la veda a los enemigos que le esperan con la escopeta cargada.