No hay dudas. El gran acierto de
Caparrós como director deportivo ha sido el fichaje de
Pablo Machín. El soriano se ha adaptado a un magnífico plantel y va encontrando el sitio de cada jugador para sacarle el máximo rendimiento posible. Va recuperando adeptos a su causa y en una complicada eliminatoria copera ante un
Athletic que venía de ganar en
Vigo al
Celta, se ha permitido el lujo de hacer ocho cambios; de dar respiro a los mejores para defender el domingo la tercera plaza en
LaLiga y afrontar con frescura la 'trilogía' de encuentros ante el
Athletic; y logra dejar virtualmente sentenciado el pase a cuartos 'fichando' a
Nolito, gol y dos asistencias.
Mientras
Caparrós rastrea el mercado buscando un goleador, atando a
Munir y realizando una apuesta millonaria por
Morata, el técnico saca su varita mágica y resucita a un
Nolito que siempre ha querido engancharse al equipo y que nunca había encontrado el punto de forma y de suerte para lograrlo. La insistencia de uno y otro, técnico y jugador, ha encontrado la mejor recompensa. Ante el
Atlético de Madrid se vio a un nuevo
Gnagnon y frente al
Athletic ha aparecido el
Nolito decisivo de antaño. Luchador y determinante. Un buen gol definiendo al primer toque en una asistencia de
André Silva, y dos magistrales pases de gol dejando solo a
Silva ante
Simón en el
1-2 y habilitando a
Ben Yedder en el borde del área para que el francés marcara el 1-3 definitivo.
Se sobrepuso el
Sevilla a las dudas que generó
Juan Soriano, que empezó seguro y se fue quedando pequeño conforme acumulaba dudas en sus salidas. Le acompañó la suerte en el tanto de
Aduriz anulado por el
VAR por fuera de juego previo del delantero, que se tuvo que marchar lesionado. Y golpeó pronto tras encajar un empate que dejaba abierto el pase a cuartos. Primer acto para el
Sevilla, con valor doble -debe rematar en Nervión-. El domingo...
¿otra obra maestra en la pizarra de Machín?