Al reinvento de Machín le faltó el gol

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Al reinvento de Machín le faltó el gol
- Joaquín Adorna
Lo avisó el entrenador del Sevilla, Pablo Machín, en la previa. No tiene a André Silva, ya intuiría que no iba a poder contar con el lesionado Ben Yedder y tocaba "reinventarse" en Anoeta. No cambió el dibujo, siguió jugando con dos delanteros, pero sí los muñecos. Ni el Sevilla jugó bien, aunque mantuvo la portería a cero y se mantiene provisionalmente en la segunda plaza (si el Espanyol gana al Athletic se la arrebata), ni Muriel pudo marcar su segundo tanto en esta Liga (el primero se lo hizo al Barça); ni Promes estrenarse en la competición con la camiseta del Sevilla. Tampoco Sarabia, que acabó acompañando a Promes en la punta del ataque en la recta final del partido.

Sería injusto cargar todas las tintas de la falta de gol ante la Real Sociedad sobre Promes y Muriel, porque realmente los de Machín no generaron tantas opciones como en otros encuentros. Pero es innegable que queda la sensación de que baja considerablemente el nivel con el cambio de piezas. No es tarea fácil, desde luego, suplir a quienes suman 12 (7 goles de Silva y 5 de Ben Yedder) de los 22 tantos que tienen al Sevilla en lo alto de la tabla. Muriel acabó sustituido, y enfadado por el cambio, en el minuto 72. En su haber, un gol anulado por fuera de juego en el que definió muy bien y un remate de cabeza que envió fuera tras un centro medido de Navas. Está más fino, más metido en la dinámica del equipo, ganó algunos duelos aéreos, pero no marcó, lo que se espera de quien llegó a convertirse en el delantero más caro de la historia del club. Su pareja atacante ante la Real, Promes, le ha quitado parte de ese peso porque lo invertido en el internacional holandés también supera los 20 millones de euros.



Promes tampoco hizo el partido de su vida, pero va a más, tiene desborde y una calidad indudable que debe salir a relucir cuando logre adaptarse al ritmo de una competición tan exigente. Tuvo una arrancada espectacular en velocidad, tras un magnífico control pegado a la línea de banda, que acabó en asistencia al primer palo que no supo leer Muriel y movimientos interesantes, aunque debería mirar más a la portería contraria y dar mayor verticalidad a su fútbol cuando tiene el balón. También cabeceó alto, aunque en posición de fuera de juego, el rechace de Moyá en un gran disparo de Banega.

Sí desentonó Arana en una defensa en la que mostró un gran nivel Amadou. Januzaj sacó a relucir las carencias del lateral brasileño, que tuvo que ser sustituido por Escudero. Mejor atrás que en la construcción un Sevilla que suma y que incluso pudo ganar de haber contragolpeado con mayor acierto en los lances finales.