Paco Jémez regresó a España tras su aventura en México con el claro objetivo de salvar a la UD Las Palmas de un descenso seguro. Llegó fuerte, anunciando una ‘limpia’ en el vestuario y mano dura, además de fichajes de su ‘cuerda’. ‘Echó’ a Loic Remy, jugador que no le encajaba, y perdió a Jonathan Viera por una suculenta e irrechazable oferta del fútbol asiático.
Pero la revolución no fue meramente numérica. También afectó al juego del equipo y a todas las líneas. En defensa, Jémez reclutó a Gálvez, que ha demostrado ser un central sobrio y seguro, buen complemento para Ximo Navarro. El lateral izquierdo se lo entregó a Aguirregaray, un ofensivo lateral uruguayo que está aportando largas carreras por su banda y alegría al juego amarillo. En el centro del campo, ante la baja de Peñalba -lesionado-, Javi Castellano acompañará al nigeriano Etebo, que está reavivando su área de influencia con fuerza y conducciones potentes. Las bandas son para Halilovic y Nacho Gil. Ambos han mejorado la velocidad y el apoyo de los costados al juego en ambas direcciones, completando.
Arriba a Jémez se le han acumulado los problemas. Ante el Betis será Erik Expósito el que ocupará el ataque en detrimento de un Calleri al que Jémez no le ha terminado de dar toda la confianza. Con todo, y más allá de sus resultados, los canarios siguen creyendo en el milagro.