Excusó Víctor Sánchez del Amo tras el partido que el triunfo del Sevilla era fruto de dos jugadas a balón parado, una de ellas precedida de un fuera de juego. Sin restar un ápice de razón a sus palabras, porque, objetivamente, eso es lo que pasó, parece que haber encajado dos goles de estrategia sea un atenuante a la derrota en lugar de un tremendo agravante, porque, precisamente él es todo un especialista en la pizarra, su equipo ha sacado rédito en muchas ocasiones de ella y el 1-0 de su equipo llegó precisamente en una jugada a balón parado.
Esa doble moral esconde cero autocrítica, cero explicación a por qué su equipo le dio un baño al eterno rival en la primera mitad y en la segunda casi ni apareció. Víctor vio el mérito del Sevilla, pero no quiso ver el demérito de los suyos. "Nos han metido dos goles de infantiles. Esto no se puede permitir". Dani Ceballos sí parece que lo vio.