En el Villarreal CF hay dudas. Tras una irregular campaña 2023-24 los castellonenses se han quedado sin Europa y ahora llega la hora de recopilar datos y tomar decisiones. En la gerencia saben ya que el presupuesto bajará y tendrán que ajustarse, pero más allá de ello tienen por delante un profundo análisis de las piezas que forman parte de la plantilla y hasta qué punto hay que reforzar unas u otras posiciones; y claro, la opinión de Marcelino García Toral será clave.
Siguiendo esa línea, en la entidad amarilla tienen un gran dilema con la portería. Confirmado el adiós de Pepe Reina, y a la espera de que pueda darse el caso de que lleguen ofertas millonarias por Filip Jörgensen –sería una importante fuente de ingresos–, el plan trazado señala al danés como titular de cara al curso 2024-25. Bien, hasta aquí hay poco que decidir, pero la situación se vuelve más confusa respecto a quién debe ser su competencia.
Marcelino ha deslizado que quiere que quien luche con Jörgensen sea un portero joven y con proyección, perfil en el que encaja a las mil maravillas el canterano Iker Álvarez; sin embargo, también existe la posibilidad de acudir al mercado para fichar otro arquero y dejar al criado en casa como tercera opción.
Cuestionado justo por este hipotético futuro, el propio Iker reconocía recientemente que se ve con posibilidades de ser el suplente de Jörgensen. "Es una opción que se puede definir en la pretemporada", comentaba a diario AS.
Las palabras del meta andorrano no son casualidad, ya que van al unísono con la decisión tomada por Marcelino, la cual iría encaminada a dar al canterano la oportunidad de demostrar su valía antes de lanzarse a por un fichaje. A tal camino, el más austero, también empuja no jugar en Europa y, como decíamos, tener menos músculo económico.
Lo que no deja lugar a dudas es que es una difícil decisión. Si no se acude al mercado e Iker lo hace bien cuando le toque ponerse sobre palos, habrá sido una excelente elección; sin embargo, si Jörgensen se lesiona y sólo cuentan con el portero de la cantera durante meses, ya empieza a sonar bastante peor. Marcelino por ahora parece decantarse por confiar en lo que tiene en casa, pero le quedan por delante tres meses para recular y buscar un guardameta más hecho. Sólo el tiempo dirá cuál era (o no) el camino acertado. En todo caso, por ahora no hay prisa.