Marcelino García Toral aterrizó en La Cerámica en sustitución de Pacheta con una serie de exigencias de cara al mercado invernal para reforzar la plantilla que el club trata de cumplir punto por punto dentro de sus posibilidades económicas. La primera petición satisfecha llegó antes incluso de la apertura del mercado invernal con el fichaje para el eje de la zaga de Eric Bailly.
Esta incorporación cubre la necesidad de potenciar el eje de la zaga, en la que se prevé, además, la baja de Matteo Gabbia, ante su cantado regreso al Milan por la falta de oportunidades como amarillo y la necesidad en esta posición de los rossoneri, No obstante, con el marfileño no termina la ronda de fichajes del Villarreal en este mercado de transferencias, pues Marcelino ha demandado apuntalar otras demarcaciones y la dirección deportiva ha activado el rastreo para encontrar futbolistas que respondan a este perfil sin causar desequilibrio en las cuentas del club.
El fichaje más perentorio para el de Careñes es el de un extremo con pegada que desempeñe las funciones del lesionado Yeremi Pino. Es un perfil muy específico, ya que no busca un futbolista de banda que cuelgue centros, sino que realice diagonales, rompa por dentro y tenga gol. Un jugador del tipo de Ferran Torres, que percuta, sea polivalente y abra espacios para la subida de los laterales. Llegó a sonar Carlos Vicente, que finalmente se decantó por el Alavés, donde le garantizaban continuidad y que pagó su cláusula de rescisión al Racing de Ferrol de 600.000 euros.
También tiene previsto en su hoja de ruta invernal la incorporación de un lateral derecho con recorrido debido sobre todo a la lesión de Juan Foyth, lejos de los terrenos de juego durante alrededor de dos meses. Además, otra de las opciones para el puesto, Kiko Femenía, apenas sí cuenta para Marcelino desde que llegó y está en la rampa de salida, por lo que básicamente depende casi en exclusiva de Adrià Altimira, firmado para el filial en verano procedente del Andorra y que se ha ganado la confianza del asturiano.
Por ello, el míster ve necesario más argumentos para una posición que considera vital en su sistema y así se lo ha hecho saber a la dirección deportiva.
El propio Macelino dejó claro recientemente que no se conforma con el fichaje de Bailly. "El equipo ha tenido algunas bajas y queremos un mejor rendimiento. Hay fases del juego en las que tenemos que mejorar. Estamos muy lejos de la zona de arriba que es donde tenemos que estar y para estar tranquilos no tenemos que alejar más de abajo", indicó.