Álvaro Palomo3 min lecturaMarcelino García Toral ha pedido para enero a la dirección deportiva del Villarreal la incorporación de un extremo capaz de verticalizar en ataque y de percutir de fuera para dentro. Un futbolista desequilibrante y con pegada de cara a portería, y en La Cerámica ya tienen un nombre en la agenda y que encaja perfectamemte en el perfil y que, además, gusta muchísimo al técnico de Careñes.
En este sentido, el Villarreal trabaja para hacer realidad en el mercado de invierno el regreso del portugués Gonçalo Guedes, una operación que no resultará nada sencilla, pues no depende ahora mismo ni del futbolista ni del Villarreal, pero que toma forma a medida que transcurren los días.
Para entender la situación, cabe recordar que el luso milita a día de hoy en el Benfica de su país cedido hasta final de temporada por el Wolverhampton inglés, por lo que el balón se encuentra en el tejado del cuadro lisboeta. Lo cierto es que, contra todo pronóstico, el extremo de 27 años no está disfrutando de continuidad en Las Águilas y no resulta descabellado en absoluto que salga en esta ventana de transferencias, si bien la decisión definitiva la deben tener en Da Luz.
Hasta el momento solo ha disputado 271 minutos repartidos en 13 partidos, con únicamente 27 en la Champions y 112 en el campeonato liguero, en el que ha sido titular en un partido y ejerció como punta de lanza. Esta situación ha provocado que el extremo contemple poner punto y final a la cesión para buscar un nuevo destino y el regreso a España le seduce, pues fue donde mostró su mejor versión en las filas del Valencia.
De este modo, los medios portugueses O Jogo y Record han informado que existe la posibilidad real de que Guedes recale en enero en el Villarreal como cedido para reencontrarse con Marcelino García Toral, que lo conoce a la perfección, pues lo tuvo a sus órdenes en Mestalla. De hecho, dichas fuentes afirman con rotundidad que el internacional luso ve con muy buenos ojos poner rumbo a La Cerámica, pues entiende que gozará de la continuidad que necesita para no perderse el Europeo de este verano. Y es que si continúa en el Benfica y apenas juega, tendrá muy difícil entrar en la convocatoria final de Portugal.
Obviamente, más allá del Benfica, donde también se plantean seriamente romper la cesión para librarse de su ficha, también tendrá mucho que decir el Wolverhampton, que pagó al Valencia hace dos veranos 32 millones po su traspaso y que también impondrá sus condiciones, lo que convierte la operación en compleja, pero no en imposible, y menos con la voluntad del futbolista a favor.