El Villarreal y el Espanyol han sido dos clubes que han copado la actualidad de los principales medios de comunicación deportivos en los últimos días. ¿El motivo? La suspensión del duelo que debían disputar este lunes tanto amarillos como pericos por el riesgo de fuertes precipitaciones que había en la Comunidad Valenciana. Que la AEMET tomara la decisión de decretar la alerta roja fue decisivo para que el choque de LaLiga EA Sports no pudiera llevarse a cabo, a pesar de que los 22 protagonistas se encontraban ya en el túnel de vestuarios para saltar al terreno de juego de La Cerámica.
Con el paso de las horas, se van conociendo más detalles sobre lo que ocurrió para tomar la decisión de suspender el partido. Tal y como apunta Relevo, LaLiga ha informado de que quería esperar hasta “ultimísima hora” para ver si se levantaba la alerta roja, y, de este modo, tanto Villarreal como Espanyol pudieran jugar en el cierre de la jornada 26. Desde el punto de vista de la patronal, que contaba con la alerta por temporal desde las 18.20, desde el centro de Emergencias no se descartó que la alarma se pudiera levantar, algo que no se terminó produciendo.
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Con esto, su estrategia, acordada con los dos clubes, fue clara: mantener el partido hasta última hora por si se podía jugar. Por eso, los dos conjuntos hicieron acto de presencia en La Cer��mica, además de los aficionados, algo que preocupaba al director deportivo de la entidad que suele disputar sus encuentros en el RCDE Stadium, Fran Garagarza, quien fue muy claro después de la suspensión sobre su masa social, que tenía que volver por carretera con ese mal tiempo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta otro detalle, que no es menor, precisamente. Apenas diez minutos después de que se suspendiera el partido, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana tomó la decisión de levantar la alerta roja o, al menos, la bajó a amarilla, algo que enfadó a los seguidores de los dos equipos, ya que no entendían, entonces, que había mejorado en un tramo tan pequeño de tiempo para que se quitara y no se pudiera jugar.
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A pesar de la existencia de la alerta, ambos equipos esperaban que se pudiera jugar. El presidente del Villarreal, Fernando Roig, fue un paso más allá, ya que no entendía que se hubiera permitido el movimiento de aficionados a su estadio. Por ello, que se quitara a los minutos de que se anunciara la suspensión supuso un cabreo monumental también en los clubes, algo que no hay que dejar de destacar.
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Con todo esto teniendo en cuenta, todo apunta a que Villarreal y Espanyol se medirán el próximo dos de abril, casi un mes después de que se suspendiera el partido. De esta forma, las dos entidades se verán perjudicadas, ya que tendrán una jornada intersemanal, algo que siempre perjudica, ya que el desgaste para todos es mayor.
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