El Villarreal de Marcelino aún no ha echado a rodar en un partido de competición oficial. Precisamente esa fue una de las condiciones que el nuevo entrenador del conjunto groguets puso para desembarcar en un Villarreal que con Marcelino ya pasa por su tercer técnico (4 si contamos el encuentro dirigido por Tena). El Villarreal tiene aún pendiente un encuentro aplazado ante el Maccabi Haifa israelí que se suspendió cuando explotó el conflicto entre Israel y el grupo terrorista de Hamas. Ante las apreturas del calendario, el Villarreal se ha visto obligado a cambiar su partido de la segunda ronda de Copa del Rey que le enfrentará al Zamora.
Por tanto, el Villarreal abrirá la segunda ronda de la Copa del Rey el próximo 22 de noviembre a las 21:00 horas, antes de lo que en un principio tenía prevista la RFEF que ha fijado el resto de encuentros de la segunda ronda de Copa del Rey para los días 5, 6 y 7 de diciembre. Será el 6 de diciembre cuando los futbolistas de Marcelino se enfrenten en La Cerámica al Maccabi Haifa en el choque aplazado de la UEFA Europa League.
El Villarreal de Marcelino no lo tendrá sencillo para conformar un equipo de garantías y sin infringir las normas establecidas por la RFEF sobre la inclusión de un número mínimo de jugadores con ficha de primer equipo. Esto se debe a que el conjunto groguets cuenta actualmente con las bajas de Francis Coquelin, Denis Suárez, Juan Foyth y Alfonso Pedraza (este último ya está trabajando con el grupo), bajas a las que hay que añadir los nombres de Yeremy Pino y Alex Sorloth.
Además de estos jugadores que actualmente se encuentran en el dique seco o empezando a salir de él, Marcelino tendrá que añadir los internacionales que están con los compromisos con sus respectivos combinados nacionales como son el portero Filip Jörgensen, el defensa Aïssa Mandi, y los delanteros Ilias Akomach y Ben Brereton. Por lo tanto habrá que ver que decisión toma Marcelino respecto al once titular ya que empezar con un batacazo en Copa del Rey ante un club de Primera RFEF no sería el mejor arranque posible para García Toral en la que supone su segunda etapa como técnico del conjunto castellonense.