Cada vez es más frecuente que exfutbolistas se hagan con el control de algún club de fútbol para salvarlo de una situación crítica, por la relación que le une al mismo o simplemente porque quieren cambiar el césped por el palco.
En nuestro país tenemos el caso de Ronaldo Nazário, que es presidente y máximo accionista del Real Valladolid. En algo parecido están metidos Borja Iglesias y Courtois, que forman parte de la empresa DUX Gaming, dueños de equipos como el DUX Internacional o el DUX Logroño. Fuera de nuestras fronteras tenemos el ejemplo de David Beckham, fundador del Inter de Miami de la Major League Soccer (MLS). El último exjugador en unirse a esta tendencia ha sido David Villa.
El asturiano, a través de su empresa DV7 Group, alcanzó un acuerdo para comprar el Benidorm. El equipo valenciano desapareció en 2017 después de más de medio siglo de historia y actualmente se denomina Racing Club de Fútbol Benidorm, club que milita en categoría Preferente y está peleando para subir a Tercera RFEF.
No será hasta el 28 de marzo cuando se haga oficial el acuerdo, tal y como informó el diario 'Información', en un acto que tendrá lugar en la localidad alicantina.
Villa montó DV7 Group en 2017, junto a su socio Víctor Oñate, y hasta ahora se había especializado en el desarrollo de fútbol base con la creación de diversas escuelas a lo largo del mundo, algo que comenzó en Estados Unidos, concretamente en Nueva York, tras su paso como jugador por el New York City, y que luego siguió en San Diego, El 'guaje' también tiene estas academias en Tokyo (Japón), donde jugó en el Vissel Kobe. Santo Domingo (República Dominicana), Bayamón (Puerto Rico) y Madrid son las otras ciudades donde posee una academia.
La adquisición del Racing Club de Fútbol Benidorm es un paso más, tras el que dio en 2019 como uno de los dueños del Queensboro FC, equipo de Nueva York que compite desde 2022 en la USL (United Soccer League), la Segunda División de Estados Unidos.
Con el proyecto del Benidorm pretenden sentar las bases de un estilo y modelo de fútbol, confiando en que de esa manera lleguen los resultados y los ascensos, no siendo esto último el motivo de la compra del club. Para ello han querido hacerse con un equipo que tiene una buena masa social detrás, con una estadio que puede albergar hasta 9.000 espectadores.