La relación entre Jesús Vázquez y el Valencia CF se ha complicado de manera inesperada. Club y jugador acordaron antes de la pretemporada que lo mejor para ambas partes era que el futbolista renovase su contrato para posteriormente salir cedido. La idea generalizada era que pudiese tener minutos en otro club para crecer, a la vez que en la entidad Che se aseguraban su vinculación a largo plazo. Así, si el lateral izquierdo explotaba, lo tendrían atado hasta 2027.
En plan estaba tan claro que se dictaminó que el equipo que quisiese hacerse con los servicios de Vázquez debería pagar 500.000 euros, algo que no fue obstáculo para que el jugador encontrase varios interesados, incluido un CA Osasuna en el que su padre, Braulio Vázquez, es director deportivo. ¿Qué ocurrió entonces? Pues que Rubén Baraja lo frenó todo.
Según informa Relevo, el entrenador de la escuadra valencianista tomó cartas en el asunto y detuvo la salida del jugador, al cual prometió que iba a ser importante en la campaña que recién comenzaba. Desde el club, lejos de oponerse a los deseos del técnico, optaron por no poner trabas a su decisión, ya que por entonces sabían que sería muy complicado cumplir con otras exigencia del Pipo que ya conocían. El problema no fue que todas las partes se entendieran, sino que ello llevó a que el jugador no renovase.
Con contrato únicamente hasta el 30 de junio de 2025, desde el Valencia siguen decididos a renovar el contrato de su jugador; la cuestión es que este no tiene ahora prisa alguna. Respetando la promesa de Baraja, Jesús Vázquez no estampará su firma sin saber si esta se cumple. Más claro: su idea es esperar a que termina la campaña para valorar la situación y ver si en Mestalla tiene futuro.
La realidad es que el Valencia ha tomado muchos riesgos –por 'culpa' de Baraja– y puede terminar quemándose. En los cuatro primeros partidos de LaLiga EA Sports el jugador de 20 años solo ha saltado al verde en únicamente dos de ellos, acumulando así un total de 30 minutos. Vázquez –como es lógico– entiende que su participación por el momento no es suficiente y por ello el entrenador valencianista ha tenido en los últimos días algunas charlas con él. En tales encuentros, Baraja le ha recalcado que su plan no ha cambiado desde la pretemporada, lo cual a tranquilizado por ahora al jugador, quien lo que no quiere es quedarse otro año en blanco.
El problema para el Valencia es que el jugador tiene la sartén por el mango. Si espera hasta la conclusión de la campaña 2023-24, podrá apretar al club para que le den lo que desee o marcharse libre en unos meses (si no lo traspasan). Es obvio que es muy pronto para hacer valoraciones definitivas, pero mucho tienen que cambiar las cosas sobre el verde para convencer a Jesús Vázquez.