Gracia Ávila4 min lecturaUn esguince de tobillo leve ha terminado con el sueño de José Luis Gayá en el Mundial de Qatar 2022. El lateral izquierdo del Valencia fue sustituido por Alejandro Balde, jugador del FC Barcelona, que disfrutará de su primera internacionalidad con la absoluta.
Los acontecimientos se sucedieron de forma muy precipitada. Tras una primera fase de susto, el tobillo de Gayá empezó a desinflamarse y las pruebas médicas certificaron que la lesión era leve, que en unos siete días, el lateral estaría de nuevo al cien por cien. No obstante, Luis Enrique tomó la decisión de descartarlo, a pesar de las sensaciones positivas del futbolista.
Al parecer, Lucho tomó su decisión por el calendario, ya que en la segunda jornada del grupo le espera Alemania. El rival más exigente. El asturiano no tuvo con Gayá la paciencia que demostró con Busquets, al que sí esperó cuando se contagió de COVID-19, y al que dejó incorporarse en el tercer partido de la Eurocopa. Una doble vara de medir que ha dejado al ché destrozado y a sus compañeros de vestuario, sorprendidos.
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Junto al calendario, otro de los motivos de la apresurada e impopular decisión de Luis Enrique pueden ser las rotaciones, ya que necesita por banda a hombres en plenitud de condiciones. El míster está rotando mucho a Jordi Alba, de 33 años, en el lateral izquierdo, incluso pretende dosificarlo. Así lo ha demostrado en los últimos partidos, siendo siempre uno de los cambios más habituales del gijonés.
Otras voces apuntan a que la relación entre el Valencia y la Federación Española de Fútbol (RFEF) que preside Luis Rubiales es tensa, después de la celebración de varios episodios polémicos; y que quizá esto haya influido también. Uno de los ejemplos pueden ser los comentarios críticos y desprecios del directivo hacia el Valencia, tras la filtración de unas conversaciones privadas de WhatsApp, donde Rubiales aseguraba que “Villarreal, Sevilla y Valencia son los clubes que peor” le caen.
Otro episodio es la demanda que el Valencia puso a RFEF por la Supercopa de España 2020, denunciando al organismo que preside Luis Rubiales por un “reparto económico desigual y arbitrario” en la final. Al que se podría sumar la exagerada sanción de cuatro partido al propio Gayá por criticar el arbitraje en un Valencia y Osasuna.
La implicación del ché siempre ha quedado manifiesta cuando se ha colocado la camiseta de España. En 2020, en la ventana internacional de noviembre justo después de la pandemia, Gayá se abrió la cabeza en un amistoso contra Países Bajos disputado en el Johan Cruyff Arena de Ámsterdam. Necesitó puntos, tuvo que acudir Marc Cucurella para sustituirlo, pero el lateral se quedó junto al equipo para apurar hasta el final sus opciones de jugar la Nations League.
Un gesto de lealtad absoluto que permitió a Gayá no solo clasificar a España para la ‘final four’ de la Liga de las Naciones frente a Alemania, sino también disfrutar de uno de sus mejores partidos con España, donde fue titular en el famoso 6-0 frente a los germanos.
Sea como fuere, y con todo tipo de especulaciones sobre la mesa, la única realidad es que Gayá está en España, destrozado y pensando en lo que pudo ser y no fue.